La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Para la Feria del Libro

'El Virginiano' y 'Cartas de una pionera' llenarán de aire puro de las praderas y las montañas sus bibliotecas

Un consejo para la Feria del Libro: recientemente la editorial Valdemar, en su colección Frontera -una iniciativa feliz ya que hacía décadas que no se publicaban regularmente novelas del Oeste-, publicó, con 116 años de incomprensible retraso, la primera traducción al español de El Virginiano de Owen Wister (1860-1938), la piedra fundacional de la gran literatura del Oeste. A los menos jóvenes les sonará a la serie televisiva que todos vimos, la del severo James Drury como El Virginiano, el sonriente Doug McClure como Trampas y Lee J. Cobb como el propietario del rancho. Venía con tanto prestigio que desde su primera emisión, el sábado 17 de julio de 1965, TVE la programó en el espacio Sesión de tarde. Pero, aunque se inspiraba en personajes de la novela de Wister, poco tenía que ver con ella.

El Virginiano es el origen de la novela del Oeste pese a que el género nació con Maleaska, la esposa india del cazador blanco, de la escritora de novelas populares Ann Sophia Stephens, e inmediatamente inundó el mercado con cientos de títulos baratos; y pese a que el alemán Karl May -caso parecido al de Verne y Salgari, otros autores de novelas exóticas que nunca viajaron- triunfaba desde 1876 con sus novelas protagonizadas por Old Shatterhand y el apache Winnetou. Pero esto era literatura basura o juvenil. Lo que marca la diferencia es que El Virginiano es buena literatura: una novela muy bien escrita por un caballero del Este formado en universidades europeas y en Harvard que reflejó en ella su admiración por los vaqueros y el salvaje Oeste desde que en 1885 pasó temporadas en un rancho de Wyoming. Compartía la fascinación por el Oeste con sus amigos Teddy Roosevelt, a quien la dedicó, y el pintor Remington, uno de los creadores de la iconografía del Oeste.

Esta excelente novela fue la primera del Oeste de la que se ocupó la crítica y ocupó el número uno de ventas durante un año en la lista de TheNew York Times. Un año más tarde, en 1903, nacía el western cinematográfico con Asalto y robo a un tren de Porter. Sólo en la era del mudo El Virginiano fue adaptada al cine en 1914, 1918, 1923 y 1929, siendo la última, interpretada por Gary Cooper, la mejor. No dejen de leerla. Y añadan la extraordinaria Cartas de una pionera de Elinor Pruitt Stewart (Ed. Hoja de Lata). Llevarán aire puro de las praderas y las montañas, además de buena literatura, a sus bibliotecas.

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