Lejos de aburrirles emulando aquí -no es el sitio- a la Wikipedia con una descripción histórica del movimiento feminista, sintetizaré mi visión de la jugada de entrada y sin anestesia, no sin antes decir que creo que el feminismo ha sido y es el movimiento humano más necesario en la historia por su defensa de la mitad de la especie más explotada, abusada y privada de derechos. No creo, sino que sé igual que usted, que la violencia de hombres contra mujeres nada tiene que ver con la recíproca. Que la segunda es anecdótica y la machista es cotidiana y desde la infancia en más casos de los que queremos saber o constan. También convivimos con otra violencia, de menor intensidad: guarros que no menguan en nuestras calles y acosan a niñas o mujeres en cuanto pueden y por sistema, de forma cobarde o escudados en piropos que no son caballerosos requiebros, sino vómitos de calentón y de reprimido. Que contener ese instinto es ser un tío por su sitio.

Que no sólo es esa causa la del feminismo, pero en un Estado desarrollado como éste mueren al año decenas mujeres a manos de los hombres que, ay el amor, un día quisieron. Que el violador es siempre un hombre. Que existe una brecha salarial que es histórica y que proviene en cierta medida del mejor acceso al trabajo remunerado y formación de los hombres a lo largo de siglos. Que tal brecha debe ser corregida aunque no sea ilegal: es un rasgo indeseable, objeto de política. Tirando de obviedad, no creo que el hombre sea superior a la mujer en general; ni tampoco al contrario, como suelen decir algunos pelotas y ocultones. Personas somos, y somos géneros distintos.

El Día de la Mujer que se celebró el pasado jueves ha constituido una manifestación sin precedentes de poder del sentido común, del hartazgo por los crímenes y de repulsa contra el machismo (todavía hay que oír a despistados de todo sexo decir la bobada de que el feminismo es lo contrario del machismo). Algo que comentar sobre el acontecimiento que llenó España de gente en las calles: como en toda afición de fútbol, en toda familia extensa o en toda cofradía de pescadores siempre hay un porcentaje de manipuladores de ascua y sardina. Por ejemplo, quienes son feministas en modo excluyente, con resabio de odio al hombre o con pedigrí antisistema. Pero a pesar de los iluminados, no se entiende muy bien cómo se puede creer en la justicia y no ser feminista o no coincidir con las reclamaciones del feminismo. Con permiso de quienes se erigen en expendedores del carné de feminista fetén.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios