Doble vía a la independencia

En Cataluña, la locomotora de los locos sigue en marcha, y no hay una vía a la independencia, sino dos

No ha sido un choque de trenes entre España y Cataluña. A pesar de las imágenes. No nos deberíamos confundir, aunque ahora parece que la consulta ilegal la convocó Rajoy para que los guardias civiles y los policías nacionales repartieran palos a siniestra y diestra. Esos heridos (gracias a Dios no hubo que lamentar males mayores) estaban incluidos en la hoja de ruta de Puigdemont y la CUP. Pero el problema de ahora es que la locomotora de la independencia catalana no se ha frenado, sino que sigue a lo loco. Los políticos, como en su mayoría son cuadriculados de mente y torpes de acción, siguen diciendo las mismas tonterías que antes. La locomotora de los locos sigue, y no hay una vía a la independencia, sino dos.

Por un lado está la vía de la burguesía catalanista que encarna Puigdemont, en coalición con la izquierda divina (de salón y aulas), que representa Junqueras. Esa vía quiere la independencia para crear una nación y confederarse con España imponiendo sus condiciones. Por resumir: organizan un gran problema político, que en realidad tiene una solución económica. Pasaría por darle a Cataluña el mismo régimen que ya disfruta el País Vasco (de ahí que Urkullu y el PNV hayan entendido que no necesitan la independencia para nada útil). El precio de ese acuerdo está evaluado entre 13.000 y 16.000 millones de euros. Según cualificados economistas, sería una ruina para el resto de España. Aunque una secesión total de Cataluña, que equivale al 25% del PIB español, sería otra ruina, todavía mayor.

Sin embargo, esta vía no es aceptada por los socios preferentes de la CUP. Ellos son comunistas utópicos, que no creen en la familia, ni aunque se apellide Pujol. Son los dueños de la calle y los que pusieron escudos humanos ante la Policía para su revolución pacífica. Son los que manejaron las urnas, con papeletas desde antes de empezar. Son los que quieren crear en Cataluña un país del estilo de la Albania de Enver Hoxha, donde también solían recontar las urnas con más votos que votantes.

La CUP ha vendido un burro político que le han comprado Puigdemont y Junqueras: allí lo importante no es la ley, sino la legitimidad. De modo que "no apoyaremos una vía legal a la independencia, sino la vía legítima". Que es la suya, claro. Esa barbaridad, que atenta contra la esencia de la democracia y contra el Estado de Derecho, la han asumido miles de catalanes. Y eso hay que tenerlo en cuenta.

En esa doble vía hay que frenarlos ya. Antes de que sea un viaje loco sin retorno.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios