La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Desatendidas

Se despilfarran recursos que deberían destinarse a la salud, la educación y la asistencia

Cuando los políticos nacionales y autonómicos hacen los presupuestos deberían tener tres prioridades: sanidad, educación y dependencia. Y no deberían tratarse otras inversiones públicas hasta que estas estuvieran cubiertas. Nuestro editorial de ayer (Carestía de médicos, un déficit evitable) y la información de la compañera Noelia Márquez (El déficit de médicos pone en jaque la asistencia sanitaria) revela una mala gestión de los fondos públicos. Tenemos, de una parte, a jóvenes que desean vocacionalmente estudiar Medicina y, de otra, carencia de profesionales y medios. Entre unos y otros está la Administración. Con una suficiente dotación económica y una buena planificación tendríamos los profesionales y medios para responder a la necesidad de una asistencia sanitaria pública de calidad. Y esto significa sólo una cosa: más dotación a las facultades de Ciencias de la Salud y a la red sanitaria pública. Garantizar el crecimiento en personal y medios de la segunda garantiza el empleo para los egresados de las primeras.

No debe olvidarse el exceso de trabajo que afecta a los profesionales de la Sanidad debido a estas carencias. Como recordaba nuestro editorial, en Atención Primaria los cupos de pacientes sobrepasan con holgura las recomendaciones internacionales de no exceder las 1.500 personas por profesional. Añadan a esto que las cifras de precariedad de los médicos de familia y pediatras afecta al 30% de los profesionales y la inestabilidad laboral casi al 50%, mientras que el 41% de quienes tienen plazas estables superan los 56 años. En su reciente encuentro anual, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria ha denunciado que cada año se jubilan 240 pediatras en toda España, reponiéndose menos de la mitad de estas vacantes. El resultado es que uno de cada tres niños no tiene pediatra asignado en su centro de salud, llegándose en algunas regiones hasta el 40%.

Los recursos invertidos en otras cosas estarán bien invertidos sólo a condición de que estén cubiertos estos tres servicios esenciales. Repasen los organigramas y presupuestos del Gobierno y de la Junta y verán que no es así. Se despilfarra en cuestiones -muchas veces ornamentales y propagandísticas- que pueden esperar, y en organismos inútiles sobrecargados de funcionarios o jasesores que consumen recursos que deberían destinarse a la salud, la educación y la asistencia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios