Cosas de gente joven

Un millar largo de políticos de todos los pelajes tiene causas abiertas por corrupción

Un joven y bien situado periodista decía hace unos días y ante bastantes compañeros, que prefería corruptos a comunistas. Sin duda, aun sospechando que son para él descalificables los dos supuestos, le parece más peligroso tener cerca a quien hubiera abrazado la ideología por excelencia -es un decir- inspirada en la filosofía del prusiano Karl Marx, que seguramente jamás imaginó la extraordinaria influencia que ejercerían sus pareceres.

Las purgas comunistas elevaron a Stalin por encima de sujetos de la categoría de Adolf Hitler y de otros criminales de alto standing, cuya humanidad, y a veces ternura, ensalzan no pocos colaboradores que les fueron cercanos en su día a día. De hecho, el propio Marx, durante su exilio londinense tuvo relaciones sexuales habituales, e incluso un hijo, con su sirvienta, Lenchen, lo que da a su personalidad ese toque de normalidad del que algunos, para no erosionar al mito, quieren privar a las grandes figuras de la historia.

Sería muy difícil distinguir, en lo esencial, comportamientos asociados a grandes fascistas y a grandes comunistas. O llegar a conclusiones nítidamente diferenciadoras de sus inspiraciones políticas. Porque lo importante es que en ambos casos se trata de un contexto único y excluyente, de naturaleza dogmática, donde el concepto de libertad tiene unas características singulares que nada tienen que ver con lo que por tal se entiende en los regímenes democráticos. La verdad es que fascistas y comunistas, si admiten la convivencia democrática, de la que los primeros aparecen sistemática y abiertamente excluidos, es a modo de transición al momento histórico que permita la obligada sumisión al pensamiento único y la eliminación de la individualidad.

Confieso que aún estoy expectante. La afirmación de ese joven periodista, que cuando la oí me dejó estupefacto, me ha dado que pensar. La ratio de jueces por cada cien mil habitantes, es en España la mitad que la de la media europea, y ya hay algún fiscal por ahí afirmando que la escasez de medios humanos en la justicia española es deliberada. A pesar de tener algo más de 17.600 cargos públicos aforados que, por lo tanto, no están al alcance de los tribunales ordinarios, un millar largo de políticos de todos los pelajes tiene causas abiertas por corrupción. No creo que hoy haya en España tantos comunistas fetén como lo eran los de la vieja escuela. Habría más donde escoger entre los corruptos.

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