Tierra de palabras

Y ya son nueve

Lo que sostiene el premio es la figura inolvidable de mi hermano, de ese redactor jefe poeta y bohemio

Ahora que me lees el Premio de artículos periodísticos José Luis Tobalina se habrá ya entregado porque fue ayer cuando tuvo lugar el acto; pero ahora que yo te escribo todavía no ha sido y no puedo decir nada de lo que va a suceder porque no sé qué será lo que deparará la tarde. Lo único que puedo adelantarte es que ya son nueve ediciones y que toda la familia estamos muy orgullosa de que se siga celebrando y más aún porque no ha habido ninguna edición en la que el premiado no se haya sentido también orgulloso de recibirlo. Y bien es verdad que un reconocimiento le gusta a cualquiera, pero lo que he observado es que lo que les enorgullece es que el reconocimiento lleve el nombre de mi hermano y eso nos produce un sentimiento de enorme gratitud.

Tobalina era un hombre de costumbres sencillas, como lo intenta ser el premio. Y aunque andamos y andamos dándole vueltas para conseguir que el galardón esté siempre a su altura, ya que la mayor altura es la sencillez, los años y la experiencia nos han demostrado que los que le dan prestigio al premio son los propios premiados. Primero, por sus artículos; después, por su gratitud y su sincera emoción a la hora de recibirlo.

El premio va creciendo cada año, se consolida, intentamos mejorarlo y seguiremos hasta conseguir no dejar ningún resquicio por el que pueda perderse el artículo del año ya que es posible que algunos de ellos todavía se nos escapen, pero de cada edición humildemente aprendemos hasta que lleguemos a conseguir que esto no suceda.

El premio se sostiene gracias al empeño del Ateneo de Algeciras José Román y gracias a mi familia en la que cada uno aporta su granito de arena para que sea posible. Pero realmente lo que sostiene el premio es la figura inolvidable de mi hermano. De ese redactor jefe poeta y bohemio, irresistiblemente atractivo por su sencillo trato y que el tiempo no ha conseguido borrar de nuestras cabezas y de nuestros corazones; cabezas y corazones de todos los que sentimos que su amable, breve y profundo paso por nuestras vidas merece que cuidemos este reconocimiento.

El artículo de Estanislao Ramírez ha sido el merecedor ganador de esta edición. Su defensa de que los Derechos Universales son una conquista social que no podemos dejar de seguir defendiendo le ha valido la unanimidad del jurado. Vaya desde aquí mi más sincera enhorabuena.

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