Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

016

Es terrorismo machista porque es un mal extendido que amedrenta a sus víctimas a lo largo de su existencia

Hubo una época en la que nos despertábamos con el corazón encogido, a la espera de si el informativo daba noticias sobre un atentado terrorista. Rara era la semana en la que ETA no derramaba en las calles la sangre de policías, guardias civiles, concejales, funcionarios de prisiones, jueces o de cualquier otra persona dejando tras de sí un cúmulo de dolor tan insoportable como inexplicable. Conviene recordar, especialmente a los lectores más jóvenes, que durante sus 50 años de actividad, la banda cometió 2.472 atentados en los que murieron 858 personas, dejando miles de heridos, huérfanos y familias rotas por doquier. Aquella etapa se cerró gracias a la acción judicial y policial y a la condena social, pero hoy asistimos a otro tipo de terrorismo que debe ser derrotado por idénticas vías: tan solo en los meses de enero y febrero, la violencia de género ha causado la muerte de 15 mujeres a manos de quienes fueron sus parejas. Una cada cuatro días.

Las frías cifras dan cuenta de una situación generalizada que en demasiadas ocasiones es minimizada u ocultada, paso previo a la impunidad de los agresores y a la prolongación sin fin del padecimiento de las víctimas, tanto de las mujeres como de sus hijos, como trágicamente ha sucedido esta semana en Alemania con el asesinato de dos niños de 4 y 5 años a manos de su padre. Un nuevo José Bretón. Una vez que el maltratador supera la frontera de la violencia verbal y física contra la mujer, su siguiente objetivo son los hijos, el golpe que más duele, hasta eternizarse. Y sí, es terrorismo machista porque es un mal extendido que amedrenta a sus víctimas a lo largo de su existencia, porque se ejerce en múltiples escenarios -de puertas adentro de las casas, en la calle y en los centros de trabajo- y porque el rol de la mujer sigue siendo visto por muchos de forma sistemática como subsidiario y, por tanto, menos importante. Si usted trabaja y es padre de familia, su jefe tenderá a pensar que se encuentra ante un hombre que ha sentado la cabeza que vela por su familia; si por el contrario es usted madre, la idea que quizá le ronde a algunos de sus superiores es que entre las tareas del hogar, idas y venidas al colegio y al pediatra, usted no rendirá igual que sus compañeros. Para más señas, ahí está la brecha salarial hombre-mujer, de 14.261 euros/año en España.

El camino hacia la igualdad de género es largo y mientras no logremos llegar a la meta será difícil pensar en una sociedad en la que nadie se sienta discriminado o amenazado en función de su sexo. El 016 es del teléfono contra el maltrato. Apúntenlo, compártanlo y úsenlo en caso necesario.

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