Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Arco y Guardiola

Seguimos a la espera de ver la luz y encontrar un solo motivo confesable en este proceso

Santiago Sierra se llama el artista de la polémica por la obra Presos políticos en la España contemporánea, que fue retirada de la feria Arco esta semana para después pedir perdón, metiendo ya la pata hasta el corvejón. Principiante que es uno en el proceloso universo del arte contemporáneo, acudí a Wikipedia a hacerme una idea sobre su biografía. En la primera frase leo: "Licenciado en Marketing por la Universidad Complutense…". Aquí hay un gancho bueno para un artículo, me dije confirmando la hipótesis: no se puede haber sido mejor publicista ni tampoco mejor vendedor. La palabra Marketing estaba en azul y subrayada, y cliqueé, pero me salió una descripción de la carrera de Bellas Artes (que es la que hizo Sierra): algún cachondo había hecho una trampa informática tan oportunista como el cuadro de marras: Junqueras, los Jordis, el pugilístico Bódalo Guevara, algún instalador de bombas, todos silenciados por el difumino del artista. Deduje con un amigo ante una cerveza de domingo que si fuera un complot parecería burdo: "Ascolti, Sierra, haz una cosa de presos políticos donde no falten los galeotes de la patria catalana masacrada; te la coloca Helga, que lleva su tanto; tenemos un propio en el comité de Ifema y Arco que forzará el secuestro de tu obra. Son 80 mil para ti; con la marchante, lo que hayáis pactado. Visca Catalunya".

Carecemos de prueba, pero no de imaginación. Mientras, en el frente británico, el también muy oprimido por España entrenador Guardiola, se pone un lazo amarillo en la solapa de su vestimenta de banda chic, a sabiendas -no lo duden- de que lo van a sancionar: está taxativamente prohibido ostentar simbología política en la Premier League. Un multazo. En este caso no lo va a pagar un empresario afecto a la causa ni una colecta popular como la que paga el máster en hedge funds y derivados financieros que, dicen otros cachondos, está haciendo la mutante Anna Gabriel en Ginebra. Va a ser que Guardiola asume con gusto la sanción que ha buscado con el mismo respeto a la competición en la que se gana la vida como tuvo al sentido común cuando aseguró que España es un país "autoritario": se está ganando una estatua el Pep. Seguimos para bingo con el grano que una parte de Cataluña decidió enconar. También seguimos a la espera de ver la luz y encontrar un solo motivo confesable en este proceso, este agravio en buena medida artificial, esta guerrilla cuyo uniforme se viste de arte contemporáneo y Hugo Boss con lazo amarillo en la solapa, tan propio de un banquillo.

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