La esfera armilar

Alberto P. de Vargas

El Anglo recuperado

MAÑANA se abren oficialmente las puertas del ahora bufete Anglo-Hispano. La iniciativa de su recuperación para la geografía urbana de Algeciras, tan falta de proezas semejantes, se debe a un grupo de algecireños constituidos en un colectivo dedicado a la asesoría económica, jurídica y administrativa de empresas y entidades de naturaleza pública y privada. Creo que el evento merece una consideración muy especial. No tiene antecedentes. No los tiene en cuanto a su aplicación, un bufete de tan amplio y variado espectro no tiene en qué fijarse, es pionero en su definición, y sobre todo es el primer caso en la comarca y lo sería en otros muchos enclaves territoriales, de la ubicación de una empresa privada e independiente en un edificio histórico que se recupera precisamente para acogerla. El nuevo objeto del Anglo-Hispano no tiene nada que ver con el que fue, pero su conservación, su admirable reanimación, supone un logro inusitado, excepcional y formidable. He seguido el proceso al detalle, he tenido ocasión de ver con detenimiento su terminación y además voy a tener el privilegió de intervenir en su presentación en sociedad. Hay en todo este asunto algo entrañable. Se trata de mi ciudad, está íntimamente ligado a mi familia y a mi propia personalidad y cumple con el deseo elemental de constituirse en un bien cuya presencia, cuya ostentosa pertenencia al paisaje de mis escenarios más queridos, me produce una satisfacción honda y permanente. Me alegro de que haya sido posible y celebro que uno de mis apellidos familiares más significativos esté inseparablemente ligado a los lugares en donde reside desde hace bastante más de un siglo este viejo hotel, este querido hotel que no siéndolo ya, se reinserta con toda la solera de su pasado, de su gran pasado, en lo más emblemático de mi ciudad natal, de Algeciras. Esos espacios que rodean el cauce de un río oculto, maltratado por los depredadores de la Historia, parecen encaminarse a constituirse nuevamente en un referente de nuestra ciudad. Desde allí la bahía abre sus brazos al paso entremares más circulado del mundo y muestra en toda su majestuosidad la grandeza de la roca cuyo asentamiento urbano da nombre a la comarca. La construcción del Anglo-Hispano está ligada a la llegada a Algeciras del ferrocarril. La primera anotación registral del establecimiento se produce en 1891 coincidiendo en el tiempo con la colocación de la vía férrea que uniría Algeciras a la antequerana estación de Bobadilla. La vía trascurriría por delante de donde se construiría el hotel, unos años antes de que albergara a los enviados de los medios más importantes del mundo destacados en la Conferencia de Algeciras de 1906.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios