La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Acción directa, último recurso

Recuerden cuando se detuvo a la Mesa de Batasuna e iba a acabarse el mundo, pero no pasó nada: fueron a la cárcel

La activación del artículo 155 de la Constitución, respaldada socialmente en toda España y políticamente por tres partidos nacionales muy mayoritarios, abortará la intentona secesionista -no el problema de Cataluña, que ese va para largo- y restaurará el orden democrático vulnerado en la comunidad española más avanzada durante la lucha por la democracia (una paradoja).

No tengan ninguna duda de que será así. El Estado intervendrá parcialmente la autonomía de Cataluña, controlará por cierto tiempo la seguridad y las finanzas de dicho territorio y abocará la situación a unas elecciones autonómicas de resultado incierto, pero clarificador, mientras las responsabilidades penales de los insurrectos se irán delimitando en el ámbito judicial. Fin de la aventura. No del conflicto, insisto, que seguirá por mucho tiempo, o para siempre.

Ahora bien, ¿a qué precio? Después de los últimos movimientos del bloque constitucional, la prisión de los Jordis y la soledad internacional de Puigdemont, a los independentistas no les queda más que conducir el procès por la vía del desorden callejero. Eso lo llaman, con resonancias anarquistas, "acción directa", y ya lo están preparando los comités de defensa del referéndum, que empiezan a llamarse comités de defensa de la república, alguno de los cuales ya ha acordado bloquear carreteras. Se supone que intentarán hacer lo mismo con puertos y aeropuertos y convocar huelgas generales indefinidas. Nada que no pueda combatirse con los instrumentos legales adecuados, y adecuadamente desplegados, no como el 1-O. La sangre no tiene por qué llegar al río.

Mi optimismo moderado nace de varias consideraciones: que el Estado democrático es mucho más fuerte que los golpistas, que la Cataluña de 2017 tiene poco que ver, por su economía, situación social y nivel cultural, con la Cataluña de 1934, y que sólo una pequeñísima parte de la mitad de la sociedad catalana que ha secundado el proceso secesionista estaría dispuesta a hacer barricadas y enfrentarse a la fuerza pública. Los catalanes no van en alpargatas ni pasan necesidad, y si algunos la pasan es por culpa de los que ahora los llevan al abismo.

¿No recuerdan cuando la Mesa Nacional de Batasuna fue detenida al completo, dos veces, y parecía que iba a abrirse el infierno, también hubo huelga general y lucha callejera? Pues no pasó nada. Fueron a la cárcel por colaboración con banda armada. ¡Y eso que tenían a ETA detrás! O delante.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios