Llegó la hora de la verdad. De que los salvapatrias de salón salten a la palestra política ahora que el presidente está tocado como toro con banderillas y su partido en las horas más bajas de toda su historia. El señor Sánchez, que las últimas encuestas dan como bastante deteriorado y cuya formación tampoco pasa buenos momentos, se encuentra de frente con el pastel la trama Gürtel. A Pablito Iglesias le ha venido de escándalo y respira tranquilo porque para que un tiempo ya no se hablará de su caserón. Mariano Rajoy lo ha dicho bien claro: acusa al líder socialista de intentar llegar a La Moncloa "como sea y con quien sea" aún perjudicando el interés de los españoles. Y razones no le faltan, porque o se alía con Ciudadanos o con independentistas y nacionalistas. Oscuro panorama. Y en ambas opciones necesitaría a Pablito "piscinas". Ya lo dijo Don Quijote: "Ladran, luego cabalgamos, amigo Sancho".

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