Hay rubias y hay no rubias. Siempre estuvo claro. Y hay quien se hace la rubia y quien para ni eso sirve, también ha estado claro siempre. Yo, se ve, soy de las no rubias. Nunca rubia, siempre pringada debería ser, de hecho, mi lema. Yo entiendo a Cifupresi más de lo cree: cuando fui a recoger el título de la licenciatura, habían perdido el expediente y tuve que ir mendigando de despacho en despacho copias de actas y exámenes -y, ¿saben qué?Los tenían-. También he tratado el mundo máster. Uno de ellos me costó la vida -"Ha sido como ver hablar a Hellen Keller", dijo el coordinador-. El otro, también: suspendí una primera convocatoria y la otra la saqué con fiebrón de mastitis. Por eso, como yo, hay mucha gente que contempla pasmada las no explicaciones desde un plasma. Está claro que lo que tengo que hacer es ponerme unas mechas y cambiar mi nombre de usuaria a @pilisperiodista. Seguro que así me sonríe la suerte.

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