Viajar en clase turista hace tiempo que dejó de ser placentero (si es que alguna vez lo fue). Las maletas de mano tienen que ser cada vez de un tamaño más minúsculo, hay reparos para quienes llevan paraguas o abrigos y todo ello se ve coronado por el suplicio de volar con las rodillas incrustadas en el respaldo de la fila anterior. Pero todo es susceptible de empeorar: una empresa italiana ha diseñado unos asientos para aviación de bajo coste en los que el usuario se ubica prácticamente en pie en desplazamientos de corta distancia. Este "avance" se registra mientras la normativa y la presión del consumidor están logrando desterrar el hacinamiento de las aves de granja en favor de la cría en el suelo o al aire libre. Sin pretender restar ningún derecho a las aves, en el futuro comeremos huevos de mejor calidad pero seremos los humanos quienes viajaremos estabulados.

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