Análisis

Alberto Pérez de vargas

Váteres de uso conjunto

No deja de ser chocante que cuando por estos pagos se habla de oferta turística, aflore nuevamente una de nuestras grandes carencias en forma de tuberías y alcantarillado de aguas residuales. Ya este pasado verano, la paliza que el levante dio a todo el litoral gaditano puso a la vista del viandante en El Rinconcillo, la infraestructura del entramado de evacuación de estas aguas que en parte se siguen arrojando al mar sin depurar. Me referí a este desagradable espectáculo que sufrimos en sitio tan entrañable, en mi columna del pasado veintiocho de agosto. Las tuberías estaban tan integradas en el paisaje que el paisanaje las utilizaba para secar las toallas.

No sé si alguna vez se resolverá este grave problema que resiste a todos los anuncios de fondos destinados a resolverlo. Para la feria internacional del turismo, que abre sus puertas en Madrid el próximo miércoles, volverán a recurrir a la inagotable memoria de Paco de Lucía para referirse a los lugares que frecuentó. El Rinconcillo era uno de ellos, algunos incluso jugamos a la pelota con Ramón y con Paco cuando siendo niños, todavía era posible hacerlo. Convendría que la oferta en Fitur se hiciera de modo que los visitantes no se alejaran de los alrededores del restaurante de nuestro querido Bernardo, pues aparte de ser una referencia ineludible, está lejos de donde se dejan ver los accesos al alcantarillado y las tuberías. Evitaríamos que los visitantes pensaran, para otra ocasión, en el Cantábrico.

Mamá Mancomunidad está inquieta y sus dirigentes no concilian el sueño, preocupados por el avenir de los yanitos y el daño que pueda ocasionar el dichoso Brexit a sus lustrosas economías. Y sugiere, entre otras brillantes ocurrencias, la posibilidad de asumir la tarea de depurar las aguas fecales de la colonia. No sé si los yanitos ignoran cómo está el particular en Algeciras, pero a poco que se enteren, igual se llevan las aguas a Mauritania aprovechando sus conocimientos de bunkering. Al fin y al cabo se trata de lo mismo, de trasvasar fluidos contaminantes entre depósitos. Peor que un vertido de petróleo de consecuencias catastróficas inimaginables, lo que asumimos impertérritos, es que se derramen las fétidas aguas de la colonia; por otra parte, análogas a las nuestras. Una alternativa más limpia sería que la Mancomunidad instalara unos miles de váteres en las proximidades de la verja con accesos directos -sin aduana- desde el otro lado: váteres de utilización conjunta, como iba a ser el aeropuerto.

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