No hay mayor tragedia que el olvido ni mayor canallada que reescribir tu historia al antojo de otros. Joan Manuel Serrat vive días aciagos desde que sus compatriotas radicales del republicanismo tractoriano decidieron que era un enemigo de la causa. Basta no reír las gracias o, simplemente, hacer caso omiso. En la izquierda radical actual alguien que no piensa según su ideario es tildado de forma inmediata de fascista. Pero hete aquí que el tal Joan Manuel tuvo que sufrir el fascismo de una forma que ni sus más exacerbados enemigos pueden imaginar. Fue sospechoso, simplemente, por hacer gala de una lengua -el catalán- que por entonces no estaba ni reconocida, se empeñó en que su 'La, la, la' fuera interpretado en dicha lengua en el Festival de Eurovisión. Le dijeron que nones. Y vio cómo el triunfo le llegaba a una jovencísima Massiel cantándola en español. Los rufianes que desenfundan y disparan un "fascista" a la primera de cambio debería pensar en cuanto lucharon otros para que hoy puedan hacer el imbécil sin que nadie les moleste. Sería muy recomendable.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios