Debe de ser de las pocas personas que nacen en España con su destino marcado y legalmente sentenciadas a ejercer una determinada profesión. La Princesa Leonor tendrá que ser reina por fuerza. No se concibe que sus padres, sus tíos, sus abuelos, sus vecinos solícitos le pregunten qué quiere ser de mayor. No habrá podido plantearse ser actriz, médico, enfermera, fontanera o cantante de rock. Ni podrá seguir la tradición familiar por parte de madre y ser periodista. No podrá como mujer de su tiempo tener acceso al libre mercado laboral, ni como las niñas de una época felizmente pasado, se le dará opción a soñar con ser princesa, porque ya lo es. En todo caso, en su destino lleva marcado que será militar por aquella otra norma indiscutible que dice que será la capitana general de los Ejércitos, pero no tiene por qué ser ministra de Cultura. En fin, estas crueldades de la Monarquía.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios