Palma, un nombre propio y una advocación especial, cada 15 de agosto en la ciudad. El nombre propio de Palma viene pronunciándose y vinculándose al devenir de Algeciras desde tiempos muy pretéritos. Fue un 28 de marzo de 1344 cuando el Rey castellano Alfonso XI conquistó la ciudad, el cual quiso evocar su entrada, a la de Jesús en Jerusalén, al coincidir la fecha de la Toma de la Ciudad, un Domingo de Ramos. Dirigiéndose la comitiva Real hasta la Mezquita Aljama de la Ciudad, la cual fue consagrada a Catedral bajo la advocación de Nuestra Señora de La Palma.

Pero la advocación de la Palma no quedó ahí. En el XVIII con el resurgir de la nueva Algeciras, se erige la actual Parroquia de Nuestra Señora de la Palma, en la Plaza Alta, corría el año de 1723. Y desde aquel entonces y como cuenta la leyenda, un barco procedente de las costas italianas, arribó en nuestro puerto para resguardarse del temporal, y continuar su travesía rumbo a Canarias.

Aquel barco portaba en su interior una imagen de mármol de la Virgen, dicha imagen portaba en su mano izquierda una rama de Palma. Quiso la providencia y el destino, que le temporal no amainara y fueran los algecireños de aquellos tiempos los que tomaran la imagen y la entronizaran en la Iglesia Mayor, nombrándola popularmente desde aquel día; Patrona de la Ciudad.

Desde entonces y hasta hoy, mucho ha soplado el viento por estas tierras. Hoy en día, la Virgen de La Palma es nuestra Patrona y Alcaldesa Perpetua, la cual el próximo quince de agosto, tras la ofrenda floral en su honor y con el bastón de mando a sus plantas, volverá a recorrer la ciudad, esa ciudad tan especial, que a veces parece le cuesta trabajo disfrutar o sentir la tradición, la devoción, o simplemente el respeto.

Seamos cofrades o no, religiosos o simplemente amantes del arte, el quince de Agosto es ese día, esa noche para disfrutar de la Ciudad, del esfuerzo de un grupo de cofrades, jóvenes y mayores. Y de la luz y el aroma de Agosto en el centro de la ciudad. Salgan, paseen, contemplen la estética del cortejo, los aromas, la música, la imagen y sientan, sientan el orgullo de nuestras raíces.

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