Análisis

francisco J. Núñez

Intransigencias nacionalistas

Quién nos iba a decir que el nacionalismo independentista catalán convertiría sus asuntos políticos en algo tan complicado, la mar de incomprensible. Los autores del enmarañado proceso separatista de Cataluña han hecho difícil o mucho más difícil que antes la vida de una comunidad que se distinguía entre las demás, generalmente por aspectos positivos.

El independentismo ha vestido la política ahora de una forma tan estrafalaria que todo parece raro en el modo de pensar o de actuar, creando una situación perjudicial para todos. Lo malo es que la machaconería nacionalista ha llevado a la Comunidad Autónoma catalana a incumplir la Constitución y su propio Estatuto de Autonomía sin ningún tipo de miramiento, haciendo caso omiso de las normas de la Unión Europea y del Derecho Internacional.

Sin ninguna muestra del reconocimiento internacional de las acciones separatistas, Cataluña está siendo la gran perjudicada a diario, levantando temores, falta de confianza y sospecha a todo meter. La economía necesita ser tratada con verdadero mimo. Lo cierto es que la creación, desarrollo y administración de la riqueza nacional andan muy necesitadas de estabilidad política, para que no se tambalee el edificio económico.

Estar en el limbo político independentista, distraídos, sin enterarse de lo que ocurre alrededor, no es una buena manera de enfrentarse a los problemas reales. Los mercados y las empresas sobrepasan las fronteras nacionales, hasta alcanzar una dimensión mundial. Las cuestiones que se intentan aclarar hoy en día se agravan con la estrechez de miras del nacionalismo intransigente.

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