Cultura

Dos toros vivos en la México: uno indultado y el otro al corral

  • Se le perdonó la vida a un toro de Xajay que toreó Fernando Ochoa, dividiendo al público

En la Monumental Plaza México, en la tarde del domingo tuvo lugar la décima corrida de la temporada con presencia de unas cuatro mil personas.

Se lidiaron toros de Xajay, desiguales de presentación y de juego. Primero, segundo y cuarto fueron bravos, el cuarto de la suelta, "Pa enero", número 38, fue premiado con el indulto.

Fernando Ochoa, pitos tras dos avisos y dos orejas y rabo simbólicas con fuerte división. Guillermo Martínez, oreja y silencio tras cuatros avisos. Aldo Orozco, silencio y palmas.

Fernando Ochoa estuvo mal en su primero, un bicho con clase, recorrido y algo manso al que no entendió ni mandó; sólo le asustó con sus incesantes voces. En su segundo toreó como nunca, dejando la muleta puesta, citando de verdad y mandando con elegancia y geometría según informa Burladero.com. Ochoa buscó el indulto y lo consiguió, a la vez que dividió las opiniones con la polémica.

Guillermo Martínez estuvo genial con el segundo de la tarde. El socio era abanto, pero el torero de Guadalajara resolvió con temple, oficio e inteligencia. A base de dejarle el engaño en la cara, se hizo de él en los medios y toreó espléndidamente al natural. La otra cara de la moneda vino en su segundo, un toro bronco al que había que someter. El cornúpeta se defendía y hasta se lo echó al lomo en un pase. Sonaron hasta cuatro avisos.

Aldo Orozco pechó con lo menos potable del encierro y se justificó siempre. Se esforzó mucho, anduvo valiente y con oficio.

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