Cultura

Un tesoro para Algeciras

  • La Ufca ultima el traslado de su colección al Centro Documental

  • El medio millar de piezas que hasta ahora dormían en la Cuesta del Rayo reflejan 40 años de fotografía en España

Un tesoro para Algeciras

Un tesoro para Algeciras

En una pequeña habitación del número 38 la calle Maestro Millán Picazo, Algeciras tiene un tesoro y no lo sabe. Miles de personas pasan cada día por la Cuesta del Rayo ajenas a su existencia. Pero allí descansa, almacenado en anaqueles móviles, en cajas apiladas durante años, esperando que llegue la hora de cumplir con la razón de su existencia: ser visto. Ahora este tesoro va a cambiar de lugar. Ya está acondicionado un espacio en el Archivo Municipal, en la primera planta del Centro Documental José Luis Cano, donde podrá ser gestionado y conservado como Dios manda. El tesoro lo han recopilado un grupo de entusiastas de la fotografía que allá por 1977 decidieron formar una asociación: la Unión fotográfica y cinematográfica algecireña, la Ufca. Se trata de 377 piezas catalogadas -que llegarán a las 500 cuando se pueda revisar el inventario en las nuevas instalaciones- que el colectivo cede al municipio a cambio de encontrar un lugar en condiciones en el que estas obras de arte puedan ser administradas para que, en un futuro, los algecireños puedan disfrutarlas.

En el otoño de 1978, los socios de la Ufca pusieron en marcha un concurso de fotografía que celebraron durante diez años. No estaban cómodos con este formato que, según relata Alberto Galán, presidente de la Ufca, porque dejaba "tres fotógrafos contentos y 97 disgustados". Pusieron en marcha entonces una experiencia pionera: una bolsa de compra, que se llevó a cabo durante 2000 y 2001, que les permitió adquirir fotografías -según el presupuesto disponible- y equipararlas a otras artes plásticas. A partir de ahí muchos autores empezaron a agradecer el trato a la Ufca -que ha organizado en este tiempo decenas de exposiciones- haciéndoles donaciones de sus trabajos, algunas tan importantes como la de Alberto Adsuara, que legó al colectivo toda su obra allá por 2014.

Desde su creación han llegado al tesoro de la Ufca Caballos y Expansión nº 2, de Juan Jesús Huelva; Landscape II, de Iván Sanjuán; Línea de la memoria, de Manuel Barranco; Un vacío intermedio, de María Ángeles Díaz Barbado; El sofá de Mariano Vargas, Lisboa revisitada, de Manuel Sonseca; Manos de emigrante, de Pablo San Juan; Shato de José Luis Chacón; Cuento sin nombre, de Alexis Torres Edwards; Deixis nº 2, de Miguel Sasiaín; Donde los muertos no necesitan muletas para andar, de Manolo Bello; Lo fugaz, de Francisco Tamayo Pino; Peces de Ribas i Prous o El Sermón de Juan Villalta. Se trata de una colección heterodoxa que, casi sin quererlo, sirve para revisar los últimos cuarenta años de fotografía en este país.

En su nueva ubicación en el Centro Documental, la colección de la Ufca -"un patrimonio cultural que no tiene nadie", explica Galán- podrá someterse al mantenimiento que exige un material tan sensible. Además podrá hacerse un inventario más completo, que permitirá en un futuro montar exposiciones temáticas. La obra de fotógrafos como Aitor Lara, Alfonso Garcés, Ali Chraibi, Chema de Luelmo, Fernando García Arévalo, Javier Reina, José Luis Roca, Juan Vacas, Miguel Romero, Ricky Dávila y una larga lista de autores tiene una nueva casa. Ya era hora.

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