ramón fontseré. director de els joglars

"La tecnología ha contribuido a que el periodismo esté desbarrando aún más"

  • La compañía catalana lleva este jueves y el viernes a Málaga dentro del Festival de Teatro su última producción, 'Zenit', en la que recrea los entresijos de un periódico en clave muy actual

Ramón Fontseré, en una escena de 'Zenit'.

Ramón Fontseré, en una escena de 'Zenit'. / la cúpula

Decía el protagonista de El Gran Carnaval: "Soy un periodista de 250 dólares a la semana. Se me puede contratar por 50. Conozco los periódicos por delante y por detrás. Si no hay noticias, salgo a la calle y muerdo a un perro". Poco y mucho ha cambiado desde los tiempos de Billy Wilder. Entre lo que no ha cambiado, está lo que gana un periodista a la semana. Y, desde luego, tampoco ha cambiado mucho la noción de noticia como espectáculo.

A todo este escenario se suben los componentes de Els Joglars en su última propuesta, Zenit, que llega este jueves 12 y el viernes al Teatro Cervantes, dentro del Festival de Teatro de Málaga. Tras su estreno absoluto en el Lope de Vega de Sevilla, el espectáculo celebra una gira que hasta ahora a sus artífices "muy satisfechos": "Hemos visto a mucho público joven, lo que nos gusta porque nos indica que seguimos en contacto con la realidad -comenta el director de la compañía, Ramón Fontseré-. La reacción del público hacía tiempo que no la veíamos... Nuestros espectáculos tienen un gran trabajo físico, además del peso del texto, porque nos gusta jugar a hacer teatro al máximo de nuestras posiblidades. Agradecemos muchísimo que se valore el esfuerzo".

Jugar a hacer teatro, en un entendimiento que comparte etimología con los juglares del mundo: los únicos con derecho a criticar sin ver peligrar su cabeza. Els Joglars han tocado temas como la educación o el cambio climático, y con Zenit ponen su mirada en el papel de los medios y la prensa. "Un tema -admite Fontseré- que venía de lejos, que queríamos tocar desde hace tiempo, yo creo que desde que estaba aún Albert (Boadella) en la compañía".

"Creo que estos son buenos tiempos para la prensa, a pesar de todo -continúa-. Con Zenit pretendemos hacer una reflexión en torno a un tipo de periodismo o a cierta ética del tiempo, de los tiempos, a la hora de enfrentar y describir hechos. Los medios aún tienen un gran poder de influencia, de decisión". Algo que ha sido así, afirma Fontseré, "desde el principio de los principios, desde el cincel o pluma que sirven como instrumento, como señal de supervivencia del ser humano para avisarse, para hacerse signos. Los principios éticos del periodismo son la herramienta para sobrevivir a la máquina voraz de noticias que necesita ese colchón de actualidad. Por supuesto, también hablamos de la responsabilidad compartida: el público ha de estar atento, no perder capacidad crítica, no creerse todo lo que se le da".

Zenites el nombre de un gran periódico en el que el espectador puede ver la tensión entre los periodistas de la vieja escuela y la misma voracidad del medio. Para realizar esta fotografía del día a día en un periódico -"inspirado en la realidad, que es mucho más imaginativa que la fantasía"-, en Els Joglars han hablado con muchos "amigos periodistas, que nos han ido contando muchas cosas. A nosotros no nos caen mal los periodistas, sino al contrario: creemos que sin periodismo no hay democracia, como demuestra la realidad política. Pero tienen una posición estratégica y, por eso mismo, peligrosa -prosigue-. Pueden, como mínimo, acomodarse".

Al igual que ocurre hoy día con un lector o un espectador, afirma Ramón Fontseré, "el periodista tiene que estar alerta ante lo que lee. No todo es tan fácil, hay que contrastar y tirar de experiencia y conocimientos. Nuestras conclusiones al respecto de todo esto son, en definitiva, las que han conformado esta versión nuestra sobre el periodismo". A pesar de esta inmersión, ninguno de ellos se considera, insiste Ramón Fontseré, experto en periodismo: "Aunque hay un documental muy interesante, Page One, sobre cómo un periódico como The New York Times afronta el paso decisivo de sobrevivir manteniendo el papel frente a los nuevos sistemas de comunicación -desarrolla-. Y se veía un ejemplo de cómo se contabilizaba el impacto de las noticias. Por supuesto, la noticia periodísticamente más importante, un caso de corrupción gravísima en un pueblo, ni siquiera podía compararse con la pieza que tenía el mayor número de visitas: la operación de estética de alguna actriz". "Los móviles nos hacen estar aconductados -reflexiona Fontseré-. Pierdes este aparatito y pierdes todas tu vida. Llevas las noticias en el bolsillo y todo el mundo puede opinar. Los medios, la tecnología, han contribuido a que todo esto del periodismo termine desbarrando aún más".

Casi hacemos buenos a los periodistas que nos pintaba Wilder, conocedor de la profesión en primerísima mano: "La velocidad, la voracidad, es lo que tenemos frente al viejo periodismo de antes -continúa el director de Els Joglars-. Eso que se decía de que el alcohol era muy importante para que la fuente hablara, que a la tercera copa te estaba contando su vida... Ahora no hay tiempo ni para eso: el tiempo es pasta, significa pasta y dar de comer al monstruo. Lo que pretendemos es avisar de eso. Y también de la dificultad que tiene hoy en día desmentir una mentira que haya aparecido en un medio: el afectado tiene prácticamente que realizar un trabajo de periodismo de investigación él mismo. Es como borrarte de una compañía de móviles".

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