Cultura

El retraso en la salida de Bellas Artes ralentiza el nuevo Museo

  • La Junta calcula que hasta mediados de 2010 no estará libre el edificio para la ampliación del centro cultural · No hay destino para el traslado provisional de la Escuela y así poder adelantar plazos

El Bicentenario de 1812 contará en su momento, si se cumplen las previsiones de las instituciones implicadas en este evento, con cuatro grandes equipamientos de relevancia sociocultural sobre los que van a girar buena parte de las celebraciones que se desarrollen a lo largo de 2012: el Oratorio de San Felipe Neri, el castillo de San Sebastián, el centro americanista en los depósitos de tabacos y el Museo de Cádiz.

Todos ellos tienen algo en común: el tiempo más que justo que hay por delante para concluir las obras que necesitan para poder estar en estado de revista a principios de 2012, aunque el referente principal, el Oratorio de la calle Santa Inés, tiene más avanzada la tramitación administrativa.

La Junta de Andalucía va a ofrecer a la ciudad, de cara a este evento, el nuevo Museo de Cádiz. Va a ser su gran apuesta cultural y social que por su envergadura supera los ámbitos de la propia capital y afecta al conjunto de la provincia. El proyecto de conclusión de la ampliación del Museo ubicado en la plaza de Mina, iniciado en su primer fase en 1980, lo convertirá en uno de los centros museísticos más importantes de España, tanto en la calidad de sus fondos, como en la presentación y amplitud de sus instalaciones.

Pero el calendario avanza de forma inexorable y pone en entredicho el objetivo de la administración regional: que el edificio esté totalmente listo en el 2012.

La tercera y última fase de la ampliación afecta a dos edificios independientes: la Casa Pinillos, legado de Carmen Pinillos al Museo y a su propia ciudad, ubicada en un edificio cercano en la misma plaza de Mina; y la actual sede de la Escuela de Bellas Artes, que comparte manzana con el centro museístico.

En el primero de los casos, los plazos de están cumpliendo. Ya ha salido a concurso el proyecto de rehabilitación de la finca por más de 320.000 euros. Cuando se inicien las obras se calculan 16 meses de trabajo, por lo que éstas podrán estar listas para el 2012. Allí se ubicarán las salas que reflejarán la relación de Cádiz y ultramar.

La ampliación por Bellas Artes es otra cosa. Hasta que esta Escuela no salga de su actual sede del callejón del Tinte lógicamente no se podrán acometer las obras de ampliación del Museo. Estas dependencias educativas se trasladarán a la Casa de las Artes que se va a construir junto a El Corte Inglés. Se espera que en estos días los autores del proyecto presenten el documento definitivo. "Esperamos poder adjudicar las obras antes de final de año e iniciarlas como muy tarde a principios de 2009", indica a Diario de Cádiz el delegado del Gobierno de la Junta, José Antonio Gómez Periñán. Hay 14 meses de plazo, por lo que el edificio debería estar terminado a mediados de 2010 y en uso en el último semestre de este año.

Será entonces cuando se desaloje la antigua Bellas Artes y puedan iniciarse las obras de la ampliación del Museo. Todo con un plazo extremadamente justo: no llegará ni a un año y medio o dos años como mucho. A pesar de ello Gómez Periñán mantiene la confianza en cumplir fechas y que el equipamiento cultural esté listo a lo largo de 2012.

A fin de adelantar plazos se ha intentado trasladar Bellas Artes a una sede provisional, mientras se ejecutan las obras de su nueva Casa. "Hemos buscado, pero ha sido imposible localizar un edificio preparado para albergar unos estudios que, por sus características, necesitan una aulas especiales, capaces de soportar el peso de la maquinaria que en muchos casos se usa".

Descartado el traslado provisional se ha optado por agilizar todos los trámites administrativos para que, una vez se libere el edificio ocupado por Bellas Artes, la Junta ya tenga en sus manos el proyecto definitivo de la tercera fase y listo para adjudicar las obras.

Aún cumpliendo este compromiso, la Junta tendrá poco más de año y medio para ejecutar la obra. Aunque la financiación está garantizada, la obra es especialmente complicada pues obligará a reordenar el resto del edificio, ya en uso, por lo que la dilación impedirá cumplir los plazos.

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