Crítica 'Carmina o revienta'

Todo sobre mi 'mare'

Carmina o revienta. Comedia, España, 2012, 73 min. Dirección y guion: Paco León. Intérpretes: Carmina Barrios, María León, Paco Casaus, Ana Mª García, Mari Paz Sayago, Guillermo Weickert, Raimundo Carrasco, Miguel Alcíbar, Fran Torres, José Mari Bizcocho. Fotografía: Juan González Guerrero. Música: Pony Bravo. Visionado: no se exhibe en salas de la provincia; se puede adquirir en DVD y en plataformas de Internet.

Todo parece apuntar a que Carmina o revienta, el primer largo del popular actor cómico sevillano Paco León, va a hacerse su pequeño hueco en la historia reciente del cine español más por cuestiones de mercado y ventanas de explotación que por sus cualidades y méritos estrictamente cinematográficos, que también los tiene.

Avalado por su popularidad y por una astuta campaña mediática y viral que arrancó en el último Festival de Cine Español de Málaga, León ha desafiado (o al menos, eso ha parecido) a los viejos y tradicionales canales de distribución y exhibición para lanzar su cinta simultáneamente en salas, venta directa en DVD o descarga a través de internet. Un desafío que ha jugado más a su favor en tanto que la distribuidora prevista para el filme (Alta) y la confederación de exhibidores (FECE) han boicoteado y limitado el estreno en pantalla grande a última hora como respuesta a su atrevimiento.

Con esta primera batalla ganada para la causa promocional, Carmina o revienta pone un nuevo jalón en ese cine español de bajo coste realizado desde la periferia sureña que, con sus acentos, sus tipos y su idiosincrasia como principal reclamo de singularidad, adopta la muy posmoderna forma del falso documental como estrategia narrativa para hilvanar estampas cómico-costumbristas, unas más logradas (la visita al hospital) que otras (la persecución de los ladrones), en torno a un personaje carismático y arrollador.

Ese personaje es la Carmina del título, interpretada por la propia madre de León, la torrencial Carmina Barrios, una mujer de armas tomar y porte matriarcal que se expone a un monólogo tragicómico de andar por casa a propósito de sí misma, su familia y su día a día al frente de una venta de carretera en un barrio popular sevillano. Carmina manda y ordena, ríe y llora (de mentira), miente tanto como habla, empuja y aprieta en este sainete posfolclórico que hace de los pequeños detalles, de los gestos y giros a mitad de camino entre el cálculo y la improvisación, del lenguaje corporal y coloquial y sus expresiones más salvajes y del reconocimiento de lo propio con todas sus imperfecciones sus principales armas de seducción para una comicidad de vuelo medio a la que, como suele ocurrir también en estos casos, le terminan faltando los pespuntes que lo hilvanen todo en un conjunto más sólido y fluido.

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