Cultura

El lado oscuro de los "TRANSFORMERS"

  • Llega la tercera parte de esta película manteniendo el equipo técnico habitual, con el temible Michael Bay a la cabeza

De algún modo, 'Transformers' devolvió la pelota lanzada por George Lucas al plantear hace más de 30 años 'La guerra de las galaxias'. Le propuso al estudio quedarse con los derechos del 'merchadising' que generara su film, algo a lo que los ejecutivos de la época les cogió con el paso cambiado. Lucas inundó de réplicas de El Halcón Milenario hasta las latas de detergente. Con el film que nos ocupa ocurrió lo contrario. Aparecidos en 1984, los Transformers, estos robots capaces de mutarse en máquinas terrestres y pasar desapercibidos, fueron un éxito de la industria juguetera que pasaron al cómic y a los dibujos animados en forma de serie de televisión. En 2007 Spielberg, que no ha perdido su olfato comercial, patrocinó una película sobre estos personajes aunque confío la dirección al temible Michael Bay, el director de cine de acción menos dotado para la acción de la historia, hijos bastardo de Tony Scott en el efectismo pero no en la efectividad. Fue un éxito mundial en parte por usar adecuadamente grandes dosis de comedia. Pero luego su segunda parte, estrenada dos años después, no resultó tan divertida. Y es que cometió el grave error de tomarse demasiado en serio su delirante historia de robots buenos y malos.

No obstante, adelantado al miércoles como suele ser habitual en estas fechas veraniegas para los previsibles taquillazos, llega la tercera parte, con un título que recuerda a los Pink Floyd 'Transformers 3: el lado oscuro de la Luna'. Se mantiene el equipo técnico habitual, con Bay a la cabeza, pero ha habido un sensible cambio en el reparto que a ver si daña la recepción del film: Megan Fox ha causado baja en esta guerra interestelar entre robots. Y es que parece que su belleza corre pareja a una gran indisciplina que la llevó a tener serios enfrentamientos con el director en la entrega anterior. La gota que colmó el vaso fue cuando la actriz comparó a Bay con Hitler, algo que le llegó al alma a Spielberg, que desde 'La lista de Schindler' se ha tomado muy a pecho esto del Holocausto y ordenó la decapitación de Megan. Ha sido sustituida por la británica Rosie Huntington-Whiteley, conocida por ser uno de los ángeles de Victoria's Secret. Siguen Shia LaBeouf, uno de los mejores actores jóvenes del momento y el histriónico John Turturro. El reparto se completa con dos actores cuya presencia en un film tan palomitero es extraña, como es el caso de Frances McDormand y John Malkovich, pero bueno, lo pagaran bien. La pena es que a los más destacados autobots y decepticons en versión original le ponen la voz destacados actores, algo que en la versión doblada se perderá.

La trama juega con habilidad con las teorías conspiranoicas sobre que ocurrió exactamente en las visitas humanas a la Luna, como sabrán los que hayan visto el ingenioso trailer del film en las salas. Resulta que el famoso vuelo del Apolo XI tenía truco, pues el objetivo era localizar el origen de una extraña perturbación en nuestro satélite. Lo que Armstrong y compañía fue una nave de los autobots que se había estrellado allí, con lo que desde 1969 los sectores más secretos del gobierno sabían de que estos artefactos transformistas existían. El problema es que Optimus y demás compañía autobot lo descubren con lo que se sienten engañados. Además, sus seculares enemigos los decepticons también se enteran de los secretos que portaba la nave estrellada, con lo que una nueva batalla está servida.

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