Estrenos

Más defectos que virtudes

  • Will Smith es 'Hancock', un héroe alcohólico y sarcástico que odia sus poderes

Casi sin darse cuenta, Will Smith, el chico que empezó en la tele haciendo de príncipe de Bel Air, se ha convertido en la gran estrella americana de este comienzo de tercer milenio. Una carrera impecable en lo comercial, con alguna que otra nominación al Oscar, y un dato significativo en un mundo como el del cine americano tan cambiante. Sus últimos ocho filmes han batido récords de taquilla, asegurándole una buena posición de cara a la industria. Smith ha demostrado una gran versatilidad que le lleva a transitar por el drama, la comedia y el cine de acción sin despeinarse.

Eso le permite usar su condición de megadivo para sacar proyectos en los que los productores no confían demasiado. Esto ha ocurrido con Hancock, que se estrena hoy, poniendo su granito de arena en este verano de superhéroes cinematográficos que vivimos. Al verderón Hulk se unirán en agosto la segunda entrega del Batman de Christian Bale y, ya al final de las vacaciones, la secuela de Hellboy de Guillermo del Toro. Pero Hancock es un superhéroe muy particular. No lleva disfraz, no lleva doble vida y sobre todo, odia sus poderes, lo que lo tiene sumergido en una profunda crisis personal. Además, no surge de ningún cómic previo, sino que ha sido creado directamente para la gran pantalla. A ver ahora si su éxito posibilita una secuela.

Hancock ha sido el clásico proyecto arramblado en un cajón durante años antes de que al fin pudiese ser realizado. El guión fue escrito en 1996 por Vincent Ngo, pero en principio no atrajo demasiado a los productores. Un superhéroe metepatas y alcohólico era de difícil digestión para los que piensan sobre todo en el público familiar. Pero consiguió atraer a diversos directores, entre ellos Michael Mann y Tony Scott. El guión sufrió diversas reescrituras y al final Peter Berg, el director de La sombra del reino, el elegido, aunque Mann se enganchó al proyecto como productor junto con el laureado guionista Akiva Goldsman. Pero como hemos dicho, el poder contar con Will Smith en el proyecto fue fundamental para vencer las reticencias de los productores. Al actor se le unieron en el reparto Jason Bateman y Charlize Theron. El objetivo de todos ellos era hacer una película veraniega que uniese las palomitas con la reflexión.

Y es que ya hemos dicho que Hancock es un superhéroe muy extraño. Es fuerte, puede volar y goza de gran longevidad. Pero está cansado de ser un salvador de vidas. Además, sus espectaculares actuaciones causan siempre grandes destrozos que tienen arruinado al ayuntamiento de Los Angeles pagando indemnizaciones. Esto le ha convertido en un alcohólico y en un sarcástico, con lo que los ciudadanos le han cogido manía a su salvador. Un dia, Hancock salva la vida a un brillante relaciones públicas (Jason Bateman) en un accidente. Como agradecimiento, el publicista le propone llevarle su imagen para revalorizarla cara al mundo y que vuelvan a confiar en él. Tras una heroica misión lo consigue. El publicista le invita a conocer a su familia, donde Hancock descubre que su esposa (Charlize Theron) tiene un secreto. A partir de ahí las cosas se complican y el superhéroe tendrá que enfrentarse a villanos y a un giro inesperado en su vida.

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