Cultura

El cante de Antonio Madreles rejuvenece en La Línea

  • Derroche de facultades aderezado por la guitarra precisa de Fran de Algeciras

Antonio Madreles y Fran de Algeciras, en la Peña Flamenca Linense.

Antonio Madreles y Fran de Algeciras, en la Peña Flamenca Linense. / j. m. s.

El cantaor algecireño Antonio Madreles desplegó ayer todas sus facultades de hondura y carácter para dejar boquiabierta a la afición congregada en la Peña Flamenca Cultural Linense. Fue en el homenaje a los artistas veteranos incluido en la programación del II Mayo Flamenco del Campo de Gibraltar.

Parecía temerario arrancar con la dureza de la soleá y resultó que la solventó con la emoción propia de su oficio y personalidad en esta música. Más de cinco décadas contemplan su trayectoria artística de grito auténtico e inconformista.

Madreles, fenomenalmente escoltado por la guitarra de Fran de Algeciras, recibió una placa de homenaje de manos del presidente de la entidad linense, Enrique Morales, el directivo de la peña de San Roque Antonio Ocaña y José Vargas, presidente honorario de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras.

En las alegrías dedicadas a los pueblos del Campo de Gibraltar bordó el cante y tocó la fibra sensible de un público comarcal hermanado y compartiendo esta cita en crecimiento.

Los tientos abrieron su segundo pase. Reiteró su poderío y fuerza. Parecía que empezaba en esto y, además, brilló en este palo la guitarra de Fran de Algeciras.

Para las bulerías -de letras netamente campogibraltareñas- invitó Madreles a hacer compás al cantaor algecireño Rafael El Lele y su hermano. Un lujazo de flamenquería el que desarrolló este joven de casi 70 años. Una tarde para el recuerdo.

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