Cultura

Esto no lo arregla ni Obama

El hijo del gran John Carradine -uno de los actores preferidos de John Ford, compañero de John Wayne durante 40 años desde La diligencia hasta El último pistolero- descendió de Kung Fu a Kill Bill y de ésta a El gran Stan. ¿Cual será sus próxima estación? ¿Un papelito en la saga de Torrente? La presencia de David Carradine es lo más penoso de esta no-película. Lo demás no es penoso, sino previsible, y -para quien así lo desee- prescindible: la grosería y zafiedad propias del cómico Rob Schneider (otro regalito de esa incubadora de horrores que es el programa Saturday Night Live) ahora desbocado al asumir también la dirección. Esta parodia de las películas carcelarias, en la que un poco escrupuloso ejecutivo pretende blindarse estudiando artes orientales antes de entrar en la cárcel, es una de las cotas más bajas alcanzadas por el nuevo cine cómico americano... De momento.

De Chaplin, Keaton y los Hermanos Marx a Schneider: así caen los imperios. Esto no lo arregla ni Obama.

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