Cultura

La argentina Lucreci Martel llega a Cannes

  • Los hermanos Almodóvar producen la nueva película de la directora de 'La ciénaga'

La cuarta y última película latinoamericana en competición oficial en el Festival de Cannes, La mujer sin cabeza, trata de mostrar la capacidad que tenemos para no ver lo que no queremos ver, según su directora, Lucrecia Martel.

Al igual que ocurrió durante la dictadura de su país, la protagonista de la película, Verónica (María Onetto), se convierte en ciega -sin serlo- para tratar de que no exista el atropello que ha cometido y en el que podría haber muerto una persona. Martel señaló que no ha querido relacionar su película con la dictadura porque en Argentina hay demasiados prejuicios con los filmes que tratan esa parte de su historia. Sin embargo, en el film están sus "recuerdos y percepciones" de aquella época, de "la manera en que se evaden, se esquivan las cosas para no mencionarlas, para que no existan".

"Es un proceso de olvido, de convivir con algo terrible, que necesita de unos caminos muy complejos y sutiles para poder soportarlo" dijo la directora, para quien "esos mecanismos de no ver, de olvido", son "muy interesantes".

Respecto a la denuncia social -el atropello en cuestión es el de un adolescente indígena- que contiene la película, explicó que la situación que cuenta no es única de Argentina. "Es una convivencia de personas de castas distintas. Un sistema económico que ha hecho más abismal las diferencias entre ellas, lo que ha llevado al desarrollo de ciudades que son superposición de ciudades.

En Argentina es muy evidente pero no creo que sea diferente en otros países latinoamericanos", agregó.

Se escucharon algunos abucheos, algo a lo que la directora no pareció dar importancia. Suele pasar con su cine: "a una parte le gusta mucho y a otra parte no", sin términos medios. Quien sí mostró su entusiasmo fue Agustín Almodóvar, que produce la película y en la rueda de prensa se refirió al amor que tanto él como su hermano Pedro sienten por Martel. "Desde que vimos La ciénaga quedamos fascinados con la obra compleja de Lucrecia, con sus coreografías humanas. El tipo de cine que ella hace es esencial para el cine de hoy", defendió Agustín.

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