Lo que en un principio empezó como una afición le ha valido a Lola Torres un reconocimiento por parte de la concejalía de Feria y Fiestas. Hace unos días recibió una distinción "por su mantenimiento en la realización de belenes tradicionales". Confiesa que cuando se lo dijeron no se lo terminaba de creer. Alguien del jurado advirtió el mérito tan aparentemente fácil como hacer año tras año el belén de toda la vida, el característico del corcho. No sabría precisar cuántas figuras tiene ahora su montaje, pero sí recuerda que empezó como casi todo el mundo, con el nacimiento. Sus figuras son hebreas (las del turbante) y cada año acude a Sevilla para enriquecer su composición. Y todo empezó cuando en el año 1988 vio un belén que le cautivó del ex diputado Hermenegildo González.

Hace unos años se adjudicó el primer premio del concurso que organiza el Ayuntamiento. Comienza la primera semana de noviembre a prepararlo y ocupa una parte de su amplio salón. Apunta que cuenta con la imprescindible ayuda de su marido y que cada año, a pesar de mantener el mismo estilo, le sale distinto. "Aprendí por mi cuenta. No tiene nada que ver con los otros belenes".