Un día e incluso tres minutos dan para mucho. Es, respectivamente, el tiempo que tardó en rodar su último cortometraje el algecireño Alexis Morante y la duración del filme. La obra, titulada Setenta, ha recolectado varios premios y ha encontrado repercusión internacional. Ya se ha proyectado en festivales independientes de Nueva York, Los Ángeles y Tokio y también se podrá ver en el Festival de Cine Pobre de La Habana, que arrancó ayer. Morante parece haber dado en la diana con ese pequeño dardo cinematográfico que en realidad está grabado en vídeo.

"La historia habla sobre la soledad de las personas mayores", expone Morante sobre Setenta, cuyo título alude a la edad que cumple durante el metraje un anciano. La obra se guarda un sorprendente giro al que el director atribuye en gran medida el poder de convocatoria y el éxito que protagoniza la cinta.

El filme nació en Córdoba, en concreto en el Festival de Cine Instantáneo de finales de 2007. En él grupos de cuatro personas deben rodar un corto en sólo un día y montarlo al siguiente. Morante acudió al certamen junto a Paco Tores, Enrique Aguilar y David Barrios y crearon Setenta, dirigido y editado por el algecireño.

La obra se llevó el primer premio del festival cordobés y luego también triunfó en el certamen de cortos de Torreperogil (Jaén), en el que se adjudicó el galardón de la RTVA. Setenta cogió impulso y empezó a circular fuera de España. Esta semana para en La Habana, en cuya prestigiosa escuela de cine, por cierto, Morante logró plaza, aunque finalmente decidió no aceptarla. Por este camino, apunta el algecireño, no es descartable que el filme pase a cine.

Se trata del cuarto trabajo del realizador, todos de corta duración. Tic-tac fue su ópera prima, a la que sucedieron Sangre española y Habitación cero. Recoger premios no le resulta ajeno.

Morante ha fijado su residencia en Sevilla y junto con el también algecireño Raúl Santos ha montado la productora 700 gramos, que le hace viajar a menudo a Madrid. Precisamente el Ayuntamiento de la capital, junto con la ONG ACTT y a través de 700 gramos, le ha encomendado un documental que dirigirá en Centroamérica, África y Palestina. "El objetivo es mostrar la realidad del tercer mundo por medio de grupos de música inusuales", explica el cineasta, que se encontrará con una banda de hip-hop en Palestina, con una de reggae en Senegal o con una de rock en Honduras.

El proyecto arranca la próxima semana.