Cultura

Varias razones para los Goya

  • Antonio de la Torre, Adelfa Calvo y Belén Cuesta aspiran a hacerse con las estatuillas del apartado interpretativo en la gala que se celebrará mañana en Madrid con un marcado tono feminista

Antonio de la Torre (en el centro), en una escena de 'Abracadabra'.

Antonio de la Torre (en el centro), en una escena de 'Abracadabra'.

La 32 gala de los Premios Goya que la Academia del Cine Español celebrará mañana sábado en Madrid servirá de inequívoca reivindicación feminista en pro de una mayor visibilidad de las mujeres en la industria del séptimo arte. La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) anunció ayer que repartirá abanicos con el lema #MASMUJERES para denunciar "la situación de desequilibrio" y para anunciar su "decidida determinación a repararla". Del mismo modo, los presentadores del acto, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, han anticipado que ahondarán en la cuestión muy en la línea de lo que su compañero Julián López ya abordó al presentar la gala de los Premios Feroz, cuando puso sobre la mesa, entre risa y risa, el asunto del acoso sexual en el sector. Pero, en otro sentido, todo apunta a que el encuentro adquirirá un notable sabor malagueño muy a pesar de la sustitución de Dani Rovira en la conducción de la gala; de entrada, la concurrencia deVerano 1993, la cinta ganadora de la Biznaga de Oro del pasado Festival de Málaga, aspira a prolongar con el Goya a la mejor película una proyección más notoria que ha incluido la elección para representar a España en los Oscar (su artífice, Carla Simón, es además la única mujer que opta al Goya a la mejor dirección novel). Sin embargo, en lo que viene siendo una jugosa costumbre, la nota malagueña vendrá (crucemos los dedos) en el apartado interpretativo: dos actores nacidos en Málaga, Antonio de la Torre y Adelfa Calvo; y una actriz nacida en Sevilla pero formada en Málaga (y malagueña por derecho), Belén Cuesta, presentan argumentos más que razonables para volver a casa con sus cabezones y confirmar, una vez más, que en lo que a interpretación se refiere Málaga tiene mucho que decir.

Para no romper la tradición, Antonio de la Torre vuelve a concurrir en los Goya con dos nominaciones: una a mejor actor protagonista por su trabajo en Abracadabra de Pablo Berger y otra al mejor actor de reparto por El autor, de Manuel Martín Cuenca. Preguntado ayer por sus impresiones y augurios, el actor volvía a hacer a Málaga Hoy, como suele, una lectura pragmática del asunto: "Tengo mejores expectativas que el año pasado, pero una doble candidatura siempre resta posibilidades. Por otra parte, los votos son una cuestión muy subjetiva. Hay muchos matices que entran en juego a la hora de determinar cuándo un actor puede llevarse un Goya y cuándo no". De la Torre, que ganó el Goya al mejor actor de reparto en 2007 por Azuloscurocasinegro, cuenta ya en su haber con once nominaciones, un récord únicamente igualado por Maribel Verdú, y para él "éste es el premio. Es un reconocimiento enorme. Si algún día vuelve a sonar la flauta será bienvenido, pero tengo motivos de sobra para considerarme un actor muy afortunado". Insiste el malagueño en que los vaivenes inesperados y azarosos pueden llegar a ser determinantes, y pone como ejemplo su propia situación de cara a la gala de los Goya el sábado: "Yo no esperaba estar nominado este año. Lo digo muy en serio. Y resulta que tengo dos nominaciones. Cuando leí el guion de Abracadabra me pareció una locura muy difícil, un reto muy complicado. Pensé que si Pablo Berger se tiraba a la piscina yo iría detrás, pero para nada esperaba una nominación. Pues bien, al final no sólo hice la película, sino que llegó la nominación al Goya. Con eso me quedo, con la manera en que se me ha dado más de lo que yo imaginaba que llegaría". El caso de El autor es similar: "En un principio, yo no iba a estar en esa película. Pero su director, Manuel Martín Cuenca, me pidió a última hora que interpretara un papel pequeño. Manuel es amigo y además es una persona de una generosidad tremenda, así que no pude decirle que no cuando me reclamó una mano. Pues bien, pasó lo mismo: cuando la rodé no pensaba en la más mínima posibilidad de una nominación para un Goya, y aquí estamos". De la Torre, que rodará próximamente junto a Belén Cuesta La trinchera infinita a las órdenes de Aitor Arregi y Jon Garaño (directores de Handia, la película que acumula un mayor número de nominaciones para la gala de mañana, con trece Goyas potenciales), aguarda con especial ilusión el próximo estreno de dos nuevas películas: Memorias del calabozo, en la que interpreta al ex presidente uruguayo José Mújica; y El Reino, un thriller político dirigido por Rodrigo Sorogoyen. De la Torre vaticina la concurrencia de ambos títulos en los Goya de 2019, pero para la gala de mañana hace una apuesta: "Estoy convencido de que Adelfa Calvo se llevará el Goya. En El autor hace un trabajo espléndido. Se lo merece sin duda".

Y así es: su paisana aspira a llevarse el Goya a la mejor actriz de reparto (categoría en la que compite con Belén Cuesta por La llamada) por su aclamado papel en la película de Martín Cuenca, con el que ya ha ganado el Feroz y el Asecan del cine andaluz y con el que encabeza la mayor parte de las quinielas. En conversación ayer con Málaga Hoy, la intérprete afirmaba sentirse "más que contenta. Todo lo que está pasando es un regalo". Calvo recordó que su trayectoria incluye treinta años de dedicación al teatro, buena parte de ellos en el seno de la compañía malagueña Brea Teatro, en la que compartió oficio con Mercedes León (quien fue nominada al Goya por La isla mínima; "por algo será que dos actrices de la misma compañía hemos tenido nominaciones", apunta Calvo al respecto), mientras que en los últimos siete años (desde el escaparate que significó ponerse a las órdenes de Alejandro González Iñárritu en Biutiful) "mi trabajo en el cine y en la televisión me ha permitido llegar a más público y, sobre todo, demostrar que tengo un registro suficientemente amplio para interpretar papeles muy distintos". Con un personaje fijo desde hace seis años en la serie El secreto de Puente Viejo, la portera de El autor ha venido a ofrecerle un contrapunto "delicioso. Es un papel muy rico, que viene muy bien para engañar al público haciéndole creer que todo es muy espontáneo cuando hay mucho trabajo detrás". Destaca Adelfa Calvo la implicación de Manuel Martín Cuenca para conseguirlo: "Te hace llegar a ciertos sitios casi sin que te des cuenta. Es un director extraordinario. A los actores nos conoce muy bien, sabe que somos frágiles y sensibles. Disfruté muchísimo el proceso creativo".

Aprovecha Adelfa Calvo para reivindicar el talento teatral y creativo que Málaga es capaz de alumbrar y que, sin embargo, salvo la entrada en juego de un Goya o un Max, a menudo queda en una parcela invisible: "En el teatro es mucho más difícil hacerse notar. Yo he trabajado con una compañía como El Espejo Negro, que ha ganado dos Premios Max, y ¿cuántos saben eso en su ciudad? En los 80 hubo una movida teatral notable en Málaga. En aquellos años compartí escenario con gente como Mercedes León, Joaquín Núñez y Mel Rocher, actores que luego hicieron cosas muy relevantes. Puede parecer triste que haya que esperar a un Goya para darte a conocer, pero sería mejor que Málaga despertara y prestara más atención al teatro y a la cultura, que supiera dar proyección a sus artistas". Precisamente, Calvo se incorporará en breve al rodaje de una serie de televisión que tendrá buena parte de sus localizaciones cerca de Málaga, "y eso es justo lo que necesitamos: una industria". Por ahora, nos quedan los Goya.

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