Flamenco hoy reúne de nuevo a Carlos Saura con las raíces del cante "jondo", pero esta vez lo hace con un espectáculo en directo sobre las tablas de los Veranos de la Villa de Madrid con el que pretende reinterpretar el género a través de sus representantes más jóvenes y las influencias de otras culturas.

Será el 18 de agosto cuando el cineasta, responsable de títulos como Ay, Carmela, debute en la dirección de un elenco de bailaores, cantaores y músicos que aunarán lo tradicional y lo vanguardista con la "máxima elegancia". Un espectáculo que cuenta con la dirección musical del pianista gaditano Chano Domínguez.

Pocas pistas dio ayer en Madrid Saura durante la presentación del espectáculo, inmerso en una fase de "creación e invención" en el que la aportación cinematográfica de Saura "va a ser segura". De ahí que, por ejemplo, en la puesta en escena no vayan a faltar "muchos espejos", elemento clave de su trayectoria en el séptimo arte.

Lo que no habrá, avanza el aragonés, es un hilo argumental que sirva de enlace entre los distintos números de Flamenco hoy, salvo la luz, que marcará un arco temporal en el que, quizá, se muestre un proceso de "nacimiento, juventud y madurez".

Y para estas tareas de iluminación, volverá a contar con la ayuda de José Luis López-Linares, quien ya ejerció como director de fotografía que puso la luz en las dos óperas Carmen que realizó junto a Carlos Saura.

Asegura Saura que en Flamenco hoy habrá fusión, palabra que no le gusta porque "suena a metal", así que lo define como un acercamiento de influencias de otras culturas como la árabe y la india.

Todo ello bajo la firme apuesta por la juventud y las nuevas generaciones del flamenco, género que, opina Saura, se encuentra en un momento "prodigioso". Entre estos jóvenes artistas está el cantaor gaditano David Palomar.

Quizá, dice, más tarde pueda haber lugar para una película, porque para él lo primero es el cine y, después, el teatro, al que encuentra "mucho más limitado". Su sueño, añade, es rodar una película sobre un grupo español de baile que viaja a la India a "buscar sus orígenes".

Chano Domínguez es el encargado de poner música a este tablao y, según desvela el pianista, hará un matrimonio entre los palos más puristas del género con los sonidos del otro lado del "charco" Mediterráneo. Mientras, la coreografía, según sus responsables, Rafael Estévez y Nani Paños, no pretende innovar, sino que mirará atrás pero hacia el siglo XXI. Para el vestuario, el diseñador Antonio Alvarado se inspirará en los guiños al traje tradicional que a veces ha plasmado en sus obras con el desafío de convertirlos en prendas funcionales y que faciliten el movimiento.

Tras su paso por Madrid, donde clausurará los Veranos de la Villa, el espectáculo iniciará una gira por toda España y dará el salto posteriormente a Latinoamérica.