Cultura

Ponce y Macías cortan sendos rabos y Adame una oreja en la México

  • El diestro valenciano alcanzó niveles extraordinarios de torería · El mexicano indultó al quinto toro · Joselito Adame, que confirmó, estuvo a buena altura

Una tarde triunfal en la que el español Enrique Ponce y los mexicanos Arturo Macías y Joselito Adame se repartieron cinco orejas y dos rabos, en la que ha sido décima octava fecha de la campaña 2008-2009 en la Monumental Plaza México.

El valenciano mostró el por qué es el consentido de la afición de México; Macías alcanzó la tarde de consagración que lo coloca en un sitio envidiable y Joselito Adame estuvo a la altura de sus alternantes y auténticamente le birlaron una oreja y una salida a hombros junto con Ponce y Macías.

Con la mejor entrada de la temporada, unas 32.000 personas se lidiaron seis toros de San José, bien presentados y finas hechuras. El primero fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre; aplaudido el segundo; tercero y cuarto los menos potables, y buenos el quinto y sexto. Hubo materia prima para la hermosa tarde.

Enrique Ponce, con el segundo de la tarde, alcanzó niveles insospechados, en la que hizo gala de torerismo, de buen gusto y enseñó lo que realmente es el toreo. Faena de muchos quilates que culminó con estocada para cortar las dos orejas y el rabo, éste el 121 que se concede en la historia del coso.

Con el cuarto, que vendía caro cada muletazo, el de Chiva estuvo muy por encima del astado. Otra labor de maestro y mató pronto para salir al tercio a saludar con mucha fuerza.

Arturo Macías, se consagró ya, se instaló en un sitio de privilegio. En su primero, que no era bueno, estuvo asentado, torero y con gran firmeza. Pinchó en dos ocasiones y saludó desde el tercio. En el quinto sí estuvo a la altura del maestro valenciano, con un trazo reposado, con dimensión, templanza y calidad, o sea con arte. Mató de estoconazo y fue premiado con las dos orejas y el rabo 122, éste solicitado y después ligeramente protestado.

Joselito Adame, con el toro que confirmó la alternativa, buen ejemplar, estuvo tranquilo, seguro, pisando firme y bien con el capote y con los palos. Y la faena fue subiendo de tono. Mató de pinchazo y estocada para obtener una oreja.

Mejor en el sexto, con el capote y las banderillas y faena en que mostró sus alcances para en un breve futuro esté colocado en un importante sitio. Mató de estocada y el juez le birló una oreja ganada a ley y también la salida a hombros junto con Ponce y Macías. Dejó una magnífica impresión.

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