arte

Picasso, 'voyeur' de las pulsiones íntimas

  • La Casa Natal repasa en la colección 'El deseo atrapado' el anhelo, la fantasía y el erotismo que el pintor mostró en distintas etapas de su vida

El anhelo, el amor, el sexo y el culto a la belleza son constantes en la obra de Picasso, como se puede comprobar en la colección El deseo atrapado, que la Fundación Picasso Museo Casa Natal ha dispuesto en su sala de exposiciones (Plaza de la Merced, 13, Málaga) y que se puede visitar hasta el próximo 27 de mayo. La muestra recoge 45 grabados y libros ilustrados del pintor realizados entre 1905 y 1971, en los que el malagueño sacó su lado 'voyeur' de las pulsiones más íntimas.

Como pretexto para la colección se ha usado la obra El deseo atrapado por la cola que el pintor escribió en el París ocupado por los nazis de 1941, según explicó el comisario de la exposición Mario Virgilio Montañés. Se trata de una obra teatral surrealista que Picasso escenificaría en la misma ciudad, en 1944, meses antes de la liberación, en casa del matrimonio Leiris con amigos de la talla de Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Michel Leiriso Jean Aubier o Simone de Beauvoir. La función muestra a unos personajes que hablan del deseo, pero también del hambre y la escasez, por lo que y "era una manera de sublimar el hambre a través del deseo y viceversa", detalló Montañés.

La muestra se divide en ocho secciones en las que prima la admiración de cuerpos desnudos

Así, la exposición cuenta con esta temática en la que Picasso quiere atrapar en su obra gráfica el deseo, "que permite acercamientos desde diversas ópticas porque van desde lo temático a lo estilístico", señaló Montañés, que añadió que la muestra continúa en la línea de la Casa Natal de buscar afinidades entre las piezas que posee, de las que algunas son expuestas al público por primera vez en esta colección, como la ilustración de 1956 en la que forma un cuerpo desnudo con solo siete líneas.

Para ello han dividido El deseo atrapado en ocho secciones. La primera, El cuerpo reconstruido, alude a cómo Picasso desnuda a los personajes a través del cubismo, algo que ya hacía a principios de siglo. Continúa la muestra con Los cuerpos creados, en la que Picasso hace una "autopercepción" como artista, al reflexionar sobre los cuerpos que pintores y escultores observan para sus obras.

La observación de las figuras de masculinas y femeninas también se recoge en Los cuerpos observados, donde hombres y mujeres son contemplados por otros, y también en La mujer observada, donde esta mira y es admirada. "Siempre hemos visto a Picasso como un voyeur que se va constantemente exponiendo a la mujer, pero también mostramos cómo se puede invertir las tornas y ser la mujer la que va observando a otros", apuntó Montañés en este sentido.

El desnudo explícito es una de las temáticas de la colección con Nuda veritas, en la que el cuerpo femenino es de nuevo observado con veneración. Es en la sección El deseo donde se recogen las obras con una mayor tensión sexual, que contrasta con la tranquilidad de Fantasías del harén, donde se pueden apreciar escenas "como la de dos mujeres en un interior silencioso, donde se reúnen y descansan", resaltó Montañés.

La exposición acaba con una obra de 1971 en la que Picasso, ya con 90 años representa el interior de un burdel donde los antiguos cuerpos tentadores y jóvenes se presentan ahora decrépitos "y la presencia masculina es la del pintor que observa desde una distancia, que podemos decir es de la prudencia, va viendo ese espectáculo que al propio Picasso ya se le escapa por una simple cuestión biológica", explicó Montañés.

"Así, por lo tanto hay un recorrido por la vida, por la atracción por el deseo, y también por el amor y un culto a la belleza que tiene su contrapunto en las escenas donde ya el canon clásico se ha perdido", resumió. El comisario de la muestra también afirmó que en esta exposición están todas las obras de Picasso relacionadas con el deseo, las cuales poseen una gran variedad estilística.

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