Cultura

Paqui Ríos o el reducto de lo jondo que le queda a Málaga

  • La artista malagueña encandila en la Sociedad del Cante Grande con un recital profundo

Paqui Ríos y Rubén Lara, en el Cante Grande.

Paqui Ríos y Rubén Lara, en el Cante Grande. / E. S.

Interesante el momento en el que encuentra la trayectoria artística de la cantaora malagueña Paqui Ríos. El viernes por la noche sacó, en la Sociedad del Cante Grande de Algeciras, un muestrario de lo mejor que ofrece en un recital profundo e intimista en el que, incluso, hubo de sobreponerse a varios días de antibióticos.

Ríos es una intérprete antítesis de lo festero. Pero canta tan bien, con tanta personalidad y dosis de misterio que, al final, la conexión con el público es plena y nada de lo que hace cae en el desinterés.

Es una intérprete antítesis de lo festero, pero conecta de forma plena con el público

Así ocurrió por soleá, seguiriyas y las granaínas que su marido le pidió en el descanso de su intervención. La cantaora malagueña se hizo acompañar de su paisano Rubén Lara, de lo mejorcito también que hay en el panorama de las jóvenes guitarras andaluzas. Fue una noche para el recuerdo. Por la impronta seria y profunda de esta artista y por el buen sabor de boca que dejó en la entidad flamenca de la avenida de La Cañá.

No cantó Ríos por bulerías, pero no le hicieron falta para meterse al respetable en el bolsillo y dejarlo con ganas de que regrese desde la capital de la Costa del Sol.

Dedicó dos de sus cantes a José Lérida, El Pañero, y el aficionado José Manuel Rodríguez Segovia, Foti, ambos presentes en la sala.

Su recital fue el penúltimo del 2017 en el calendario de actividades de la Sociedad del Cante Grande de Algeciras. Resta, el 16 de diciembre, la zambomba de La Manuela y su gente, donde la familia Mateo desplegará sus sones navideños y gitanos de la cantaora calle Río para despedir el año.

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