Cultura

La magia de Paco de Lucía vuelve a sentirse en su tierra algecireña

  • El alcalde de Algeciras augura un gran éxito para el festival y sus ediciones venideras. Un emocionado Salvador Andrades derrocha sentimiento y genialidad en el concierto inaugural.

Se podría expresar con palabras, pero la magia de la música sólo entiende de sentimientos. Descifrar o no los compases del flamenco no fueron obstáculo para sumergirse en la explosión de creatividad que anoche abrió el II Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía. Un emocionado Salvador Andrades ejerció de maestro de ceremonias en un acto inaugural que presidió el alcalde, José Ignacio Landaluce, arropado por decenas de entusiastas que vieron cómo se deleitaban sus sentidos.

Paco sigue aquí, sin él nada hubiera sido posible. El discurso de apertura del certamen fue a cargo del primer edil, que precisó que "nadie puede presumir de conocer a fondo a Paco de Lucía si no conoce su tierra". Su nombre hace que los artistas no duden en venir a la ciudad para agradecerle lo que les hizo crecer como músicos. "Su misteriosa fuerza y su honda expresividad siguen llegando a las esencias del corazón humano".

"Estamos en presencia de un músico universal, su obra no cabe sólo en el flamenco". Reconoció que para organizar el certamen les pudo la sensación de deuda y la ambición por lo excelente. "Algeciras se convertirá en una cita inexcusable para todos los amantes del flamenco, de la guitarra y del carisma legendario de este gran artista".

El calor empujaba el ambiente y los abanicos cada vez se agitaban con más fuerza, la presencia de las cámaras, los aficionados y los presentes se confundían entre la expectación del encuentro, que tenía que continuar y con el máximo arte posible, 100% local: Salvador Andrades.

Con mayúsculas escribió su nombre en la historia de la inauguración. Entre frases cortas para agarrar la emoción que le atravesaba el corazón mientras sujetaba la guitarra, como una extensión de su propio cuerpo.

"Solo la guitarra sabe mi pena y alegría". Desgarraba con su voz la frase Mara Delgado, que acompañó al arranque de guitarra de Andrades, que durante unos minutos dio protagonismo exclusivo al instrumento, el que siempre acompañó a Paco de Lucía. Con un gran aplauso cerró esta primera toma de contacto con el público y con él mismo. Confesó, a sabiendas del calor que se sentía en el ambiente, que la idea de celebrar la inauguración en el edificio La Escuela fue exclusivamente de él. "Es mi culpa". Y así con comprensión fue recogido por el público. En cualquier caso a partir de hoy todos los conciertos serán a las 22:00 horas en el parque María Cristina.

Presentó el guitarrista algecireño a los músicos que junto a él desarmaron con arte al público asistente. El paisano Chico Valdivia al piano, gran admirador del genio homenajeado; la cantaora Mara Delgado; la bailaora Macarena Andrades; el bajista Juanfe Pérez; y el percusionista alemán Ruven Ruppik.

Empezó con una bulería, Almanzor, de su autoría, para seguir con Bajadilla City, un tema que presentó recordando que él es de ese barrio algecireño. Antes de posar sus dedos en las cuerdas se escuchó entre el público una voz que le decía: "Soy de Barcelona y he venido a verte".

Continuó con Zyryab, que defendió como una obra obligada de Paco de Lucía. Las luces entre el público se apagaron y generaron un ambiente mucho más mágico. El derroche de energía que los músicos fueron regalando sobre el escenario contagió sin duda a los que posaban sus ojos en ellos, expectantes e impactados por descubrir o disfrutar de un género tan cercano, vivo y desconocido también para muchos. A bordo de la percusión Ruppik se erigió como un genio, mientras Valdivia flotaba sobre el teclado, Pérez sostenía el ritmo de la canción y Andrades dibujaba escalas entre acordes infinitos.

Hubo dedicatorias también, especialmente al empresario José Luis Lara, gran promotor del festival al que Andrades no dudó en agradecer.

Los minutos fueron cayendo mientras el ritmo flamenco no dejaba de mostrarse en su máxima expresión. El último esperado artista del Encuentro era el guitarrista belga Myrddin, que cerró esta primera jornada excepcional.

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