El cantante francés y guitarrista de jazz Henri Salvador, dueño de una voz inconfundible y aterciopelada y cuyos ritmos caribeños y brasileños se impusieron en el paisaje de la canción popular gala en una carrera sumamente larga, murió ayer a los 90 años. Nacido en Cayenne (Guayana francesa, en el Caribe) de padres originarios de Guadalupe, el artista sufrió un aneurisma en su domicilio.

Su último disco, de 2006, se llamó Révérence; de las actuaciones en directo se despidió el pasado diciembre en el Palacio de Congresos de París. Incluso desde el Palacio del Elíseo, sede del Gobierno, llegaron expresiones de "infinita tristeza" por la pérdida del autor de canciones como Syracuse, Le lion est mort ce soir, Le travail c'est la santé, o la popular Juanita Banana. En su extraordinariamente longeva carrera, revitalizada en 2002 con Chambre avec vue, Salvador, sonriente y de personalidad soleada, transitó también por el rock & roll (con el escritor y músico Boris Vian) y la bossa nova.

Durante su trayectoria de más de 50 años trabajó, entre otros, con el escritor Boris Vian, con quien compuso unas 800 canciones. También trabajó con Django Reinhardt y Serge Gainsbourg.

Su receta para la salud fue: "Dormir mucho y yoga".