Cultura

Modigliani dialoga con sus colegas de Montparnasse en el Museo Thyssen

  • Una ambiciosa exposición acerca la obra del artista italiano y de la colonia parisina, incluido Chagall. Pinturas de los maestros que influyeron en él, como Cézanne, Picasso y Brancusi, enriquecen esta cita

"Modigliani, hoy más que nunca, es una estrella de primera magnitud en el arte del siglo XX. Pertenece a la Historia del Arte por derecho propio y a la leyenda por la admiración popular que siempre ha levantado. Su fama se cimenta en la adoración que por él sienten varias generaciones que llegaron a través de su obra a la modernidad", explicó ayer el Conservador Jefe del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, durante la presentación de Modigliani y su tiempo que, organizada por el museo y la Fundación Caja Madrid, se podrá visitar desde el próximo martes hasta el 18 de mayo.

Amedeo Modigliani (1884-1920) es una de las grandes figuras del arte del siglo XX, abierto a los principales movimientos de la vanguardia parisiense anterior a la Gran Guerra y, a su vez, independiente de todos ellos. Esta muestra, que reúne un total de 126 obras, se propone analizar su trayectoria artística desde que llega a París, en 1906, hasta su muerte.

"Modigliani es un artista que debe su éxito popular al hecho de que toma elementos estéticos de la pintura de las primeras décadas del siglo XX y forja su propio lenguaje en base a la belleza clásica, eso sí, recreada desde la modernidad para crear un nuevo ideal de belleza moderna", apuntó Guillermo Solana.

A diferencia de otras exposiciones, ésta se propone presentar un diálogo entre el artista italiano con los grandes maestros que influyeron sobre él -Paul Cézanne, Pablo Picasso y Constantin Brancusi-, y también con quienes fueron sus amigos de la colonia de Montparnasse: Marc Chagall, Chaim Soutine, Moise Kisling, Ossip Zadkine, Tsuguharu Foujita o Jules Pascin, entre otros.

"Nuestra retrospectiva no quería ser un intento oportunista y comercial para explotar la popularidad de Modigliani. Queríamos convertirla en un estudio historiográfico serio exponiendo al artista en su contexto junto a sus maestros y sus contemporáneos", aseguró Solana.

"Es una hazaña haber conseguido reunir todas estas obras porque es la primera vez que se contextualiza al artista con sus iconos culturales, mostrando cómo se fraguan las pinturas a través del dialogo con sus colegas, que eran la plana mayor del arte mundial en aquel momento", explicó Francisco Calvo Serraller, comisario de la muestra, para quien la exposición "muestra lo que hizo que Modigliani fuese Modigliani" y supone "el primer Modigliani explicado".

Sus inconfundibles retratos, desnudos, esculturas, dibujos e incluso paisajes, expuestos junto a escogidos ejemplos de artistas como Gauguin, Cézanne, Picasso, Juan Gris, Matisse, Toulouse Lautrec, Brancusi o Derain, permiten no sólo mostrar influencias, descubrir similitudes o destacar paralelismos, sino también presentarla con una luz nueva, en el entorno en el que fue creada, y poner de manifiesto su fuerte personalidad, sofisticada y elegante.

La exposición está estructurada en dos grandes secciones correspondientes a la relación de Modigliani con sus maestros, reunida en las salas del Museo Thyssen-Bornemisza, y con sus amigos, que se muestra en la sede de la Fundación Caja Madrid, al tiempo que sigue también un discurso cronológico.

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