Flamenco

Juan Antonio Suárez 'Cano' debuta con 'Son de Ayer'

  • El guitarrista catalán, habitual en las principales compañías de baile, se ha autoproducido su primera grabación como solista, un disco que sorprende

El guitarrista Juan Antonio Suárez, que conocíamos como Canito por aquello de la precocidad, acaba de editar -y editarse, pues se autoproduce- su primera grabación como solista, ya bajo el nombre artístico de Cano. De nuevo, estamos ante el caso de un guitarrista que, aunque joven aún, es ya maduro, pues durante años se ha curtido en la dura disciplina del baile, por la que lo conocíamos. Y estamos, de esa forma, ante un disco -Son de Ayer- que sorprende por muchas razones. Sobre todo, porque no se trata para nada de un disco de debut al uso, por complejo, por diverso y por original.

De Cano como solista ya habíamos tenido noticia por su inclusión en la grabación New school of flamenco guitar (2003), que produjo el también guitarrista Gerardo Núñez. Precisamente de ese disco rescata ahora el tema que abre Son de Ayer, una seguiriya a la que otorga un tratamiento libre e intimista que llama la atención desde el primer acorde. Es también el tema que anuncia el tratamiento de toda la grabación, una orientación que él califica como "música de cámara", pues, cuando no toca solo, lo hace con un acompañamiento de pocos instrumentos. De esa forma, como en cuatro bloques que se van distribuyendo por la grabación, Cano hace temas en solitario, acompañado del piano de Pablo Suárez o por el shakuhachi (flauta tradicional japonesa) de Hideo Sekino, con el grupo Caponata Argamacho y, por fin, con su propia familia. Con ésta, rescata el "punteao", unos aires de tango originales de Villafranca de los Barros (Badajoz). Su ser gitano, presente en muchos de los cortes, también se manifiesta en el segundo tema, Sino, una canción en la que Lole Montoya pone su voz para narrar las penurias de la etnia a través de un poema de Rajko Duric.

Junto a ese respeto por la tradición, el bloque que el guitarrista firma junto al Trio Caponata Argamacho representa por el contrario la evolución. Junto a ese trío, con el que ha recorrido medio mundo, Cano hace unos innovadores tanguillos, El Señor de los Tanguillos y la suite Mi pequeño mundo. También en una línea de modernidad se encuentra el curioso trip hop flamenco Soledad, una composición del pianista Pablo Suárez con una programación electrónica de Jaap Van Keulen. En los temas que interpreta junto a ese pianista, el intimismo se hace presente de forma delicada, especialmente en la emocionante elegía A nuestra Mari, un homenaje a una familiar desaparecida. También el piano está en los tangos Almaire, el corte quizás más coral del disco, gracias a los coros y a unos arreglos para cuerda del propio pianista. La parte quizás más sorprendente de un disco que está lleno de sorpresas se encuentra en la pavana final que el guitarrista interpreta junto al músico japonés Hideo Sekino, un virtuoso de la flauta tradicional japonesa al que Cano encontró en San Francisco.

Con todos esos temas, Juan Antonio Suárez nos desvela un revelador potencial creativo y compositor. Con él, muestra un lenguaje propio, muy variado de registros, que se revela como radicalmente nuevo dentro del panorama de la guitarra flamenca actual. Su discurso es sutil y pausado incluso en las bulerías Conclusión, otro de los temas que interpreta en solitario. Ya sea con la modernidad o a través de la tradición gitana que él reivindica, Cano recrea atmósferas y sugiere emociones. Se podría decir que el virtuosismo no está reñido con la sensibilidad, ni con la calidez o la cercanía.

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