Cultura

Jean Giraud, Moebius y viceversa

  • El dibujante francés, creador del Teniente Blueberry, a caballo entre viñetas y aventuras cinematográficas

Creo que siempre estuvo dentro de él, como en la película Alien, el octavo pasajero en la que colaboró en el diseño de vestuario y tecnología de la parte terrestre, esa creación suya que era Moebius le salió desde el interior desgarrando su estilo y apropiándose de su personalidad.

Esto fue en 1963, cuando Jean Giraud, el conocido autor del Teniente Blueberry, cambió la forma de enfrentarse a la historieta y desde entonces todos los aficionados hemos salido beneficiados.

De la noche a la mañana y empujado por la necesidad de romper y buscar nuevas formas de comunicación, nace su alias (la banda de Moebius es una superficie de una sola cara, un plano o un papel tiene dos caras. Su representación gráfica es muy similar al símbolo del infinito en matemáticas).

Como tal comienza una serie de historias cortas, de ciencia ficción con toques de humor negro: Arzach, La desviación, o The long tomorrow. Su trabajo se volvió transgresor e imaginativo. El mayor ejemplo es El garaje hermético, en el que rompe todas las normas tradicionales en un cómic y que finalmente se ha convertido en una obra maestra.

Este dibujante, ejemplo de la dicotomía creativa, nace en Nogent-sur-Marne (Francia) en 1938 y tras sus estudios de arte viaja a Méjico a reunirse con su madre y descubre un mundo de inspiración que le ha marcado desde entonces en cuanto ha hecho.

Tras otros trabajo publica en 1963 Fort Navajo, primer álbum de Blueberry, personaje que le llevó a la fama y que narra las aventuras de un western inspirado por las películas de Sam Peckinpah y del cual han salido hasta hoy 45 números.

Forma el grupo de los Humanoides Asociados con otros autores como Philippe Druillet, Dionnet y Farkas. Juntos editarían la revista Metal Hurlant, donde se revelaría como autor completo en renovadoras series.

Luego será a través de la amistad y la colaboración con un chileno extravagante afincado en México -el artista Alejandro Jodorowsky- que el recuerdo de su primer viaje se reavivará y tomará otras formas.

En 1978, Giraud deja de fumar y beber, adopta la alimentación vegetariana y su obra adquiere un peculiar tono espiritual siempre tamizado por el humor. Pone en marcha las aventuras de El Incal, con el personaje de John Difool, una invención hecha conjuntamente con Jodorowsky y que tendrá un éxito internacional. Nos cuenta la historia de un detective de poca monta que con la ayuda del extraño pájaro que tiene como compañero será capaz de moverse en el terreno de la metafísica. Sus indagaciones les llevarán por un mundo de aventura heroica y símbolos en el que el objetivo será alcanzar la realización personal a través de la iluminación.

Desde que vio Akira ha sido gran fan del estilo de dibujo japonés, en especial de Katsuhiro Otomo y de Yukito Kishiro, y sus obras se han visto influenciadas por este hecho.

Desde entonces sus colaboraciones se han volcado en proyectos cinematográficos. Al margen de la ya mencionada cinta de Ridley Scott, están Tron (1982), Blade Runner (1982), Masters del universo (1986), Willow (1987), Abyss (1989) o El quinto elemento (1997), y un proyecto de adaptación de Dune que nunca vio la luz.

Su línea de dibujo era más clásica bajo su nombre de nacimiento, pero cuando se amparó en su seudónimo se hizo mas clara y menos abigarrada, dando paso a un juego de colores planos y tramas muy personales que confieren a sus ilustraciones una textura muy personal.

Aunque en sus últimas realizaciones esa diferencia (supongo que autoimpuesta) se va diluyendo poco a poco, dando lugar a una tercera persona artística fruto de la fusión de las dos anteriores y creando una nueva percepción de su plasmación sobre el papel.

De hecho, algunas de sus últimas obras aparecen firmadas simplemente como Gir, lo cual nos da que pensar que pueda estar gestándose otro genio en su interior.

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