Cultura

El IECG, en LETARGO

  • La actual dirección del Instituto de Estudios Campogibraltareños suspende de forma indefinida su actividad y su futuro queda en el aire

El Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) se encuentra en coma inducido. Desde que el pasado 24 de marzo saltara la noticia de que la dirección suspendía de forma indefinida su actividad ha entrado en un estado de letargo. Desde hace muchos años venía padeciendo con el PSOE las envestidas de la crisis, sin que esa palabra se sintiera como una amenaza real para la ciudadanía. A veces se padecía con más fuerza. Pero ahora el tratamiento que parece haber llegado con el PP no ha hecho más que agravar su salud.

Nació un mes de abril de 1991. El pasado año cumplió dos décadas, y aún así pese a la señalada fecha no se celebró ningún acto conmemorativo por parte del gobierno socialista, al frente de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar en esas fechas con Isabel Beneroso, entidad de la que depende. En septiembre de 2010 el instituto publicó a través de su boletín informativo -hoy inactivo- que "la crisis económica sirve de excusa para justificar cualquier desafuero", e incluso se autoseñaló como "víctima de la desidia administrativa".

Este estado de catarsis no es obra de unos meses, ni siquiera de un año, sino de un largo periodo de olvido y dejadez que ha venido padeciendo la rama cultural del ente comarcal. "De aquellos barros vinieron estos lodos", con esa frase se puede entender que los académicos hayan llegado al límite del camino, el que se ha ido trazando hasta la explosión que se lleva fraguando meses.

El pasado mayo de 2011 las elecciones municipales dieron un nuevo giro a la cúpula mancomunada, pasando de manos socialistas a ser dirigida por los populares. Tras varios encuentros de buenas palabras y la celebración de las jornadas de Flora y Fauna en La Línea todo ha quedado en un espejismo y la situación de gravedad ha vuelto a aflorar, aunque quizás también nunca dejó de existir.

La dirección formada por Ángel Sáez y Eduardo Briones envió la pasada semana un carta al presidente de la Mancomunidad, Diego González de la Torre (PP), en el que hacía pública su decisión de suspender de forma indefinida su actividad. "No se logró avanzar nada, a pesar de todos los esfuerzos desplegados", se citó en la misiva en torno a la etapa socialista haciendo hincapié en el empeoramiento al no poder publicar las monografías o la prestigiosa revista Almoraima. La etapa de sombras vio una tenue luz con el PP. que rápidamente se tornó nuevamente en negro para ellos. "El cambio de ubicación física de nuestra Secretaría ha venido acompañado de la eliminación de nuestro presupuesto, la reducción de la mitad del personal administrativo del instituto y el mantenimiento de las restantes deficiencias".

González de la Torre respondió con firmeza y, aunque apostó por la continuidad del instituto valorando sin lugar a dudas su aportación, enumeró los pasos que han dado para contribuir a su revitalización subrayando con contundencia que hay una crisis económica y la Mancomunidad no sólo es el IECG. Explicó que hay partidas disponibles que se tienen que aprobar dentro de los presupuestos y recordó que el ente comarcal dispone de un departamento de Cultura, además del instituto.

Ante este cruce de declaraciones se ha quedado un panorama de controversia en el que sólo se ve en el horizonte las próximas jornadas de Psicología en abril. La necesidad de un empuje económico, de apoyo institucional tangible y la realidad de un patronazgo de la Mancomunidad que le une al instituto, marcan una realidad que ha hecho que la actual dirección frene en seco.

El instituto se enfrenta a un vacío en el que cuenta con más de 200 investigadores, la mayoría miembros y en el que sólo el presidente, el vicepresidente y su junta rectora tienen potestad de gobernar y administrar; y en el que la gestión y dirección dependen del director, vicedirector y junta de consejeros. Los estatutos, vigentes desde 1991, fueron renovados en el 2009. Tras el anuncio de la actual dirección queda conocer qué posiciones se toman ya que existen muchos académicos dentro del instituto.

Según figura en los estatutos el organismo sólo podrá extinguirse por justos motivos que aconsejen su disolución, a propuesta de la junta rectora por acuerdo adoptado con el voto favorable de al menos los dos tercios de sólo sus miembros de derecho. Con lo cual, aún queda un largo camino por recorrer, no sólo en el ámbito político, y en el que cada uno de los implicados en el desarrollo y puesta en valor del IECG deben tener palabra.

El instituto ha venido contando con un presupuesto anual para sus actividades y publicaciones aunque en los últimos años ha sufrido el azote de la crisis. Si bien la participación de sus investigadores ha sido absolutamente altruista y conforman una nutrida nómina de expertos en todos los campos del saber al servicio del Campo de Gibraltar. Existen diez secciones.

El órgano de difusión de la institución principal y de carácter académico es la revista de estudios campogibraltareños Almoraima, nacida en 1988, con 38 volúmenes en papel. A lo largo de su dilatada historia se han celebrado 11 jornadas de Historia, 11 de Flora, Fauna y Ecología, tres de Arqueología y Prehistoria, dos de Literatura, una de Archivística y una de Etnografía. Sus actas conforman el contenido de la revista Almoraima, la mejor embajadora del Campo de Gibraltar.

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