Exposición en cajasol La sala Chicarreros acoge la primera individual del artista en Sevilla

Hernán Cortés, la mirada serena del gran retratista de nuestro tiempo

  • El artista repasa su carrera y su vida en una treintena de obras que ilustran su interés por la figura y el paisaje · Conocidos empresarios, políticos y poetas han posado para este valedor de la pintura histórica

Sir Ronald Cohen fue uno de los principales apoyos económicos del Partido Laborista de Tony Blair. La historia de la empresa y la política británica contemporáneas pasan necesariamente por la figura de este inversor nacido en Egipto que posee una de las mejores colecciones privadas de arte abstracto. Hace cuatro años, Cohen no tuvo reparos en desplazarse regularmente a Madrid, en su avión privado, para que le inmortalizara el que él considera el mejor retratista de nuestro tiempo: Hernán Cortés (Cádiz, 1953). Desde su estudio frente al Real Jardín Botánico, este pintor ha ido componiendo a lo largo de tres décadas una carrera libre y coherente que convive con su faceta de pintor de encargo y en la cual las pinceladas retienen aún la luz marítima de su niñez.

El lienzo de Cohen es uno de los grandes hitos de Cortés. El retrato como opción estética, organizada por Cajasol e Ibercaja y la primera exposición individual que se le dedica en Sevilla, "donde echó los dientes como pintor desde que en 1971 abandonó los estudios de Medicina para comenzar aquí la carrera de Bellas Artes", según recuerda su entonces profesor Antonio Agudo. Él ha coordinado esta muestra de la que es comisario el catedrático Antonio Bonet y que, destacó Hernán Cortés, "no hubiera sido posible sin la labor entusiasta de Francisco del Río, responsable artístico de Cajasol, que ya preparó otra sobre la luz de Cádiz en mi pintura de gabinete".

Compuesta por más de 30 obras, ejecutadas con técnicas como el óleo, el carboncillo o la acuarela, esta antología podrá verse hasta el 19 de abril en la sala Chicarreros de Sevilla y luego viajará a Zaragoza. La expectación que ha generado en ambas ciudades es grande. Cortés es el pintor de la Familia Real española, del Congreso y el autor de lienzos tan reconocidos como el retrato presidencial de Felipe González, una composición donde recurre al tondo para subrayar la herencia italiana de su pintura y el carácter reflexivo del político sevillano.

La muestra descubre también la vertiente paisajística de su obra. "Hernán es un pintor figurativo con una formación completa de artista. Tanto en sus retratos como en sus paisajes está siempre presente el aire de Cádiz, por eso la muestra arranca con este Puente sobre la Bahía que pertenece a la colección privada del empresario Plácido Arango, actual presidente del Patronato del Museo del Prado", explicaba ayer Antonio Bonet, feliz por regresar a la ciudad cuyo Museo de Bellas Artes dirigió entre 1966 y 1967.

En todas las obras seleccionadas, el artista "ha sabido captar la quintaesencia del personaje, como los grandes pintores del Renacimiento hacían con los condotieros, los banqueros alemanes y los Medici. Al igual que ocurre con Francis Bacon -cuya obra protagoniza una magna exposición en el Prado-, Cortés expresa la vigencia de la figuración como opción artística de un creador que no ignora la abstracción ni la pintura de vanguardia", recordaba el comisario y actual director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en alusión a mediados de los años 70, cuando Cortés abandonó Sevilla para trasladarse a París atraído por la pintura de Tàpies y Nicolás de Satël.

La referencia a Bacon no es gratutita ya que, como pone de manifiesto otro de sus modelos, sir John Elliot, en el libro editado con motivo de la muestra, "la tradición europea de la pintura de retratos desde el Renacimiento en adelante ha dominado su estilo, que debe mucho al retrato inglés, incluido el de nuestra época".

Bonet, por su parte, encuentra en la pintura "serena y tranquila" del gaditano un hilo conductor que remite a la tradición, "tan española y sevillana", de los pintores claros. "Como Zurbarán en su serie de frailes, Hernán Cortés capta sin tremendismos la esencia del personaje, esa música callada de la que hablaba Bergamín refiriéndose al toreo".

Al mirar esta treintena de obras, el propio Cortés reconocía ayer encontrar la esencia de su trayectoria. "Toda mi vida está contada a través de estas obras", declaró. Una vida que ayer tuvo el gozo de festejar con muchos de los propios protagonistas, como su hija, su amigo Tato Fernández o el catedrático Javier Pérez Royo, cuyo retrato de rector ha cedido para la ocasión la Universidad de Sevilla.

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