Cultura

Gran éxito de El Fundi, herido, y de Castella en la Feria de Bayona

  • El madrileño y el francés cortan tres orejas cada uno · José Tomás, con el peor lote, consigue un trofeo

GANADERÍA: Se lidiaron seis toros pertenecientes a la ganadería de El Pilar, bien presentados, aunque de desiguales hechuras. En su conjunto, resultaron encastados, destacando el gran y bravo primero, el manejable tercero y el bravo sexto. TOREROS: José Pedro Prados 'El Fundi', oreja y dos orejas tras aviso. José Tomás, ovación con saludos y oreja tras dos avisos y petición de la segunda. Sebastián Castella, oreja y dos orejas tras aviso. Incidencias: Plaza de toros de Bayona. Lleno de No hay billetes. El Fundi sufrió una cornada envainada en la ingle del muslo derecho, a la altura del triángulo de Scarpa y un corte en una ceja.

La corrida de El Pilar, con dos grandes toros sobre todo el bravísimo sexto para el que se pidió el indulto, y las importantes actuaciones de El Fundi, que resultó herido, y Sebastián Castella propiciaron una gran tarde de toros en la segunda de la feria francesa de Bayona con tres orejas en el esportón de ambos diestros y una en el de José Tomás, el peor parado en el sorteo.

Empezó y acabó bien la tarde, con las que a la postre fueron las dos actuaciones de mayor rotundidad y calado. El Fundi se encontró de primeras con un gran toro, sobre todo por el derecho. Bravo, con profundidad, temple y repetición en su embestida.

El Fundi estuvo realmente bien con el toro, dándole las ventajas, llevándolo por abajo muy templado y con gusto por ambos lados pese a que por el izquierdo el toro no era el mismo que por el otro pitón. El rigor de la afición francesa y el hándicap de abrir plaza dejó la obra del madrileño en sólo una oreja después de matar de buena estocada también.

En su segundo turno pechó con un toro encastado y que exigió al principio. Fundi se quedó quieto y le tragó, le fue sacando los muletazos de uno en uno y le bajó la mano para conseguir romper a mejor al toro y ligar series de buen aire. Sufrió una voltereta a la hora de matar y terminó de calentarse el público que pidió, ahora sí, las dos orejas. Tras pasear los trofeos, entró por su propio pie en la enfermería con lo que parece ser una cornada superficial en la ingle derecha y una herida en la ceja.

Con Sebastián Castella sí hubo buena recepctividad desde el primer momento en el tendido y el galo contó con el favor de sus paisanos para pasear otra oreja en el tercero. El francés tuvo enfrente un buen toro de El Pilar, un animal que desarrolló clase aunque le faltó final para completar los muletazos igual que los comenzaba.

Con ganas el francés, inició con firmeza por estatuarios y dejó dos series buenas, una por cada pitón. A partir de ahí bajó de nivel el trasteo, demasiado mecanico y frío el torero. Mató de casi entera y contraria y cayó la oreja.

Lo realmente importante del francés llegó al final, con un bravísimo y gran toro de El Pilar al que cuajó en una importante faena tras la que se llegó a pedir el indulto, no concedido por la presidencia. Comenzó faena el galo con pases cambiados por la espalda, muy estáticos y emocionantes. Siguió con muy buen aire por el derecho el de Beziers rematando luego con dos series estraordinarias por ese mismo lado. Por el izquierdo bajó algo el trasteo, pero volvió a la derecha Sebastián levantando de nuevo la faena y llegando a pedirse el indulto. Perdio el rabo el francés por pinchar antes de dejar una estocada.

El segundo empujó mucho en sus dos encuentros con caballo, deribando incluso. José Tomás protagonizó un buen quite por chicuelinas antes de comenzar bien también el trasteo. Luego, la faena se sucedió algo irregular. Hubo momentos destacables sobre la mano derecha, bajó a izquierdas puesto que ese lado era el peor del de Moisés Fraile, y cuando quso volver a la derecha faltó acople desluciendo algún desarme.

El quinto fue un toro bastante incierto en los primeros tercios, que protestó en el caballo y llegó a la muleta sin definirse y con poca clase. José Tomás comenzó faena por estatuarios, alguno muy ajustado. La faena fue de mucha quietud, destacando al natural en las postrimerías donde bajó la mano José Tomás y lo condujo largo. Terminó con manoletinas y enterró la espada ariba después de un pinchazo. Se le pidieron las dos orejas tras otros tantos avisos y se abroncó al presidente.

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