La alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, presentó ayer el balance del XII Festival de Flamenco de Jerez, que ha alcanzado su "madurez" y se ha convertido en "referente de artistas y compañías", con un total de 33.850 espectadores y un nivel de ocupación que cifró en el 92 por ciento. Sánchez destacó la "repercusión nacional e internacional" del certamen, que se desarrolló entre el 22 de febrero y el pasado sábado. La alcaldesa atribuyó la "madurez" del festival a la "gran energía creadora" del flamenco como "gran arte vivo del siglo XXI".

Según los datos del balance, las 33.850 personas que asistieron al XII Festival de Jerez supusieron un crecimiento del 6,7% respecto a la edición anterior, que contó con 31.700 espectadores. Este "amplio respaldo", con 2.150 espectadores más, pone de relieve la repercusión regional, para el que se acreditaron más de 80 medios de comunicación. Los 14 espectáculos puestos en escena en el Teatro Villamarta jerezano obtuvieron un índice medio de ocupación del 95% y la asistencia a los 30 espectáculos programados en otros recintos de la ciudad rozó un porcentaje del 86%.

Además de los espectáculos, el festival ofreció un área formativa -cursos de baile, disciplina a la que estaba dedicado el certamen-, así como el desarrollo de tertulias y coloquios, las principales actividades complementarias. Los 36 cursos impartidos agotaron sus 900 plazas, con alumnos procedentes de 35 países. Los japoneses fueron los más numerosos -15%- seguidos por alemanes, franceses, estadounidense, españoles e italianos.

Los organizadores también observan, por la procedencia del alumnado (Venezuela, México, Canadá, Noruega, Argentina, Australia, Taiwán, China, Rusia, Hungría, Estonia y Brasil), una "consolidación del interés por aprender a bailar flamenco", sobre todo en "Asia y Europa occidental", y el "progresivo auge de la demanda en zonas como Norteamérica, países de América Latina y Europa del Este".

El festival está apoyado por entidades privadas -entre ellas Diario de Jerez, del Grupo Joly-, la Junta y el Ministerio de Cultura, pese a lo cual Pilar Sánchez pidió una "mayor implicación".