Cultura

Fallece Julio Manuel de la Rosa, maestro de periodistas

  • El escritor sevillano, miembro del grupo 'Narraluces', murió ayer en Sevilla a los 83 años

Julio Manuel de la Rosa, en uno de sus paseos por Sevilla.

Julio Manuel de la Rosa, en uno de sus paseos por Sevilla. / belén vargas

El escritor Julio Manuel de la Rosa, miembro del grupo denominado 'Narraluces', crítico literario y maestro de varias generaciones de periodistas antes de la creación de la Facultad de Comunicación de Sevilla, falleció ayer en la capital andaluza. El escritor (Sevilla, 1935), aunque jubilado desde hace años, seguía activo en la creación literaria y dos de sus últimos textos se publicarán ya de manera póstuma, el que dejó escrito para una exposición sobre Gabriel García Márquez, que se inaugurará en marzo en la Cámara de Comercio de Sevilla, y otro sobre el Alcázar de Sevilla, editado por Pedro Tabernero y que se presentará en breve.

Empezó a publicar libros de relatos en 1962 y se dio a conocer en 1972 con 'Fin de semana en Etruria', obra galardonada con el Premio Sésamo. Autor de una biografía de Cesare Pavese, algunas de sus obras narrativas tienen Sevilla como escenario o directamente como protagonista, como 'Las campanas de Antoñita Cincodedos' y 'Memorias de Cortadillo'. Dedicó dos ensayos a la obra y la vida del poeta sevillano Luis Cernuda, tal vez llevado por su inclinación hacía los heterodoxos, a los que en sus clases de literatura gustaba de denominar "los malditos". También dedicó un estudio crítico a su compañero de generación el novelista Alfonso Grosso, por quien nunca ocultó su admiración, entre otros estudios críticos como el titulado 'La narrativa: apuntes sobre novelistas sevillanos', ya que siempre se arrogó la condición de "crítico practicante", o sea la del estudioso que compatibiliza esa tarea con la actividad creadora. 'Croquis a mano alzada', 'La sangre y el eco' y 'Las guerras de Etruria' son algunas de las novelas de este escritor y profesor del que sus lectores y alumnos creían que tenía alma de poeta, por lo exquisito de su trato y una elegancia que nunca descuidó, tampoco en su escritura.

Curiosamente, esos aires de dandi no impidieron su gusto por el boxeo, al que cobró afición desde que siendo adolescente un médico le aconsejó que frecuentara un gimnasio para ayudar a su desarrollo físico, ya que fue un joven extremadamente delgado. Esa afición al boxeo le llevó a escribir la novela 'Guantes de seda', ambientada en la Barcelona canalla de la posguerra e inspirada en el púgil Luis Romero, que fue campeón de Europa de los pesos gallo y que disputó el mundial de los pluma. Entre otros, fue columnista de 'Diario 16', 'El Correo de Andalucía' y 'ABC', y fue en este último donde fue publicando la supuesta correspondencia que mantuvo con un ficticio Renato Mauri, especie de 'alter ego' suyo del que también evocaba recuerdos periódicamente, con tanta viveza y detalle que muchos de sus lectores lo tomaron por un personaje de carne y hueso. Nunca frecuentó los círculos literarios y siempre prefería encerrarse en su casa a escribir y leer, rodeado de los libros de una nutrida biblioteca que fue reuniendo desde su adolescencia, o dar paseos en solitario por el centro de Sevilla.

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