Cultura

El FCAT rinde un homenaje en Tarifa al director nigeriano Moustapha Alassane

  • El cineasta hace su primera película en 1942 y está considerado como uno de los grandes del séptimo arte en el continente africano · El festival de cine proyecta cinco de sus películas durante la semana

El Festival de Cine Africano de Tarifa (FCAT) rinde homenaje este año a Moustapha Alassane, cineasta nigeriano (1942) que hizo su primera película en 1961 y que está considerado uno de los grandes del séptimo arte en el continente vecino. Dos de sus películas pudieron verse ayer junto a un documental que sobre su figura han rodado María Silvia Bazzoli y Christian Lelong.

Alassane, que ha participado estos días activamente en los coloquios sobre cine africano, es el primer realizador de cine de Níger y de cine de animación en África. Cuenta viejísimas historias con medios actuales, pero también narra los hechos más actuales con medios totalmente arcaicos. De todo ello habla Moustapha Alassane, cinéaste du posible, el citado documental visto en el teatro Alameda. En este mismo escenario se vieron Bon Voyage Sim -Buen viaje Sim-, un corto de dibujos animados que Alassane hizo en 1966, y Kokoa, corto de animación más reciente, de 2001.

Para hoy está prevista la proyección de Le Retour d'un aventurier -El regreso del aventurero-, primer western africano que el director nigeriano rodó en 1966, y Toula ou le génie des eaux -Toula y el genio de las aguas-, largometraje de ficción rodado en 1973.

Otra de las novedades de este año del festival es que la sección de cortometrajes en competición se ha abierto al género documental. En la sala de proyecciones de La Ranita se vieron algunos. Muy buena opinión causó entre el público el corto documental Sibi l'âme du violon, del director Michel K. Zongo. Es el retrato de un violonista ciego de Burkina Faso llamado Sibi que canta y toca en cabarets de los barrios populares desde hace más de 30 años. Conoce el origen de las etnias y de los grandes linajes de la región.

Además se valoró el documental de animación ugandés Kengere, de director Tukei Peter, sobre un crimen cometido por miembros del ejército en 1989; y el mozambiqueño A ponte, uma historia do ferryboat bagamoyo, de la directora Diana Manhiça, sobre el riesgo de desaparición de un medio de transporte muy popular.

La película tunecina Talfaza jaya -Llega la televisión-, de la sección de dedicada al cine y la censura, fue uno de los mejores largometrajes que se han podido ver en la jornada. Dirigida por Moncef Dhouib, denuncia cómo el Gobierno es capaz de orquestar una auténtica puesta en escena mediática para dar una imagen positiva del pueblo y esconder su auténtica realidad.

Procedente también del Magreb se proyectó Le voyage à Alger -El viaje a Argel-, del director argelino Abdelkrim Bahloul. Participa en la sección a concurso del Sueño Africano y está coproducida por Francia y Albania. Es un drama basado en hechos reales sobre una mujer luchadora, viuda de un combatiente por la independencia de Argelia, que debe encontrar un techo para sus seis hijos. Otros dos largometrajes a concurso vistos fueron Notre Étrangère -Nuestros extranjeros-, coproducción de Francia y Burkina Faso dirigida por Sarah Bouyain; y Hawi -El malabarista-, película dirigida por el egipcio Ibrahim El-Batout.

Otro interesante largo de ficción visto fue Moloch tropical, incluido en la sección fuera de concurso de la Diáspora africana en América Latina. Está dirigida por Raoul Peckes, director nacido en Haití y criado en Zaire.

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