Cultura

España se refleja en el espejo pictórico de Joaquín Sorolla

  • Los catorce lienzos procedentes de la Hispanic Society de Nueva York pueden verse hasta el 29 de junio en el Bellas Artes sevillano · Cinco de las obras se dedican a Andalucía

Sorolla amaba Sevilla y la doble prueba de esa fascinación la acoge ahora el Museo de Bellas Artes. Hasta hace dos días, la única obra del pintor valenciano que podía verse en la pinacoteca era Tipo de Ávila, uno de los dibujos preparatorios de su colosal ciclo de pinturas para la Hispanic Society de Nueva York. Fue donada por su hijo a una ciudad que admiró el espíritu artístico de Sorolla y, por ello, le dedicó un monumento en los jardines de las Delicias.

Anoche, el presidente autonómico Manuel Chaves inauguró oficialmente la muestra que está llamada a ser la más visitada de la historia de este país: Sorolla. Visión de España, que descubre durante dos meses en Sevilla esta extraordinaria decoración neoyorquina que el autor consideraba "la obra de mi vida" y que nunca hasta ahora había podido verse en la tierra que la inspiró.

El reencuentro de Sorolla con Andalucía ha sido posible gracias a la titánica labor de mecenazgo asumida por Bancaja, la entidad que ha permitido que por primera y probablemente última vez esta colección de catorce lienzos salga del salón de la Hispanic Society de Nueva York, asumiendo su restauración, traslado y exhibición en nuestro país, así como una póliza que los asegura en más de 100 millones de euros.

Precedida por un enorme éxito en Valencia, donde la vieron más de 452.000 personas, Sorolla. Visión de España permanecerá hasta el próximo 29 de junio en Sevilla y continuará su itinerancia por Málaga, Barcelona y Madrid para volver nuevamente a finales de 2009 a Valencia. En el Museo Municipal de Málaga se exhibirá del 18 de julio al 21 de septiembre.

La muestra fue presentada ayer a los medios por la consejera de Cultura de la Junta, Rosa Torres, el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, y el director de la Hispanic Society de Nueva York, Mitchell Codding. "Sorolla está situado entre los más altos pedestales de la crítica y del corazón del público. Su exquisita popularidad tal vez sólo pueda equipararse a la de Romero de Torres", contextualizó Rosa Torres, antes de presentar los cinco lienzos de temática andaluza de este ambicioso ciclo pictórico: tres de ellos están inspirados en Sevilla, los titulados El baile, Los toreros y Los nazarenos; La pesca del atún se dedica a Ayamonte y, el quinto, El encierro, tiene como modelo la región andaluza.

Torres recurrió a una cita del poeta onubense Juan Ramón Jiménez ("La sombra de los viejos maestros no se aparta de Sorolla") para discurrir en torno a la admiración que el artista valenciano, apodado "el Velázquez de la luz", sentía por el genio sevillano, "aunque lamentaba que le faltaban la flema de Velázquez y esa genialidad que Dios concede sólo a quien quiere".

El recorrido expositivo de Sorolla. Visión de España se articula en dos estancias: en la primera, la habitual zona de exposiciones temporales, están algunos de los murales de menor formato y casi todos los de temática andaluza, entre los que sobresale la delicadeza cromática de La pesca del atún. Este panel de casi cinco metros de longitud, con sus paisajes y figuras imbricados por los tonos blancos y azulados, es el único lienzo que Sorolla pintó casi íntegramente en Ayamonte, precisó Mitchell Codding.

También sorprende en esta primera estancia la teatralidad escénica del lienzo sevillano Los nazarenos, donde los personajes miran directamente a un público que ayer especulaba con la posibilidad de que el motivo inspirador fuera la Virgen de Montesión.

Gracias a la restauración, determinados detalles de las obras pueden verse con mayor nitidez, como la Cruz de Mayo al fondo de El baile o el humo del cigarro de uno de los mayorales de El Encierro.

En el Museo de Bellas Artes sevillano, la ubicación de los cuadros es muy distinta a la que tenían en la Hispanic Society, ya que están a una altura mucho más baja, lo que según los organizadores resalta su grandiosidad, colorido y proporción.

Entre todas, las catorce obras ocupan un total de 210 metros cuadrados. Las piezas mayores están en la segunda sala del recorrido, ubicada en un ala de la antigua iglesia conventual de La Merced, donde domina Castilla. La fiesta del pan, la más grande y planificada de las obras: una amalgama de personajes y motivos típicos que bien podría haber estado acompañada por el dibujo preparatorio de la colección de la pinacoteca sevillana.

Entre 1912 y 1919, Sorolla trabajó sin descanso en este encargo que le hizo el multimillonario Milton Huntington, creador de la Hispanic Society. Por los catorce paneles recibió 150.000 dólares, una cantidad muy elevada para la época. Su ejecución lo llevó a viajar por toda España durante esos ocho años, pintando y tomando apuntes. Dejó en ellos los últimos años de su vida, ya que al finalizar este trabajo sufrió un ataque de hemiplejía en su casa de Madrid y falleció tres años después sin lograr verlos nunca expuestos en conjunto. Su biznieta, Blanca Pons-Sorolla, destaca que "con esta exposición se ha cumplido uno de los sueños de su vida".

En esta línea se expresaron los comisarios de la muestra, Felipe Garín y Facundo Tomás, que aluden al componente fundamental de "reparación histórica" que supone esta cita. "Por un lado, se muestra al fin en España un conjunto pictórico que nunca fue exhibido porque impedimentos legales frustraron su presentación en el Prado. Por otro lado, se reivindica la pintura de Joaquín Sorolla y Bastida como una de las más importantes y significativas del siglo XX", manifiestan.

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