Espartaco, tras entrenarse intesamente, torear de salón y becerras en varios tentaderos, matará varios toros a puerta cerrada a partir de esta semana para afianzarse ante el compromiso del próximo 8 de marzo en Olivenza. El diestro de Espartinas se encuentra muy ilusionado y, al tiempo preocupado: "Matar los primeros toros es un reto, puesto que el año pasado me operaron la mano derecha y el pulgar y, pese a que emplearé un aparato ortopédico, todavía no sé como saldré de esta". Aunque en algunos medios han hablado de reaparición y de que torearía numerosas corridas, el diestro sevillano es tajante: "Yo siempre dije que torearía una o dos corridas, el número que toreé el año pasado, que tuvieran algún motivo especial y para sentirme torero por un día. Me han llamado para muchas más. Pero tengo que tener los pies en el suelo. Tiene que ser para dar alguna alternativa, torear en mi pueblo o algún otro motivo especial, como es el caso de Olivenza. Pero no me voy a meter en el lío de la temporada por respeto al público, a los compañeros y a mi mismo".

Según el torero, "lo de Olivenza es muy bonito por muchos motivos. Toreo con dos toreros -José María Manzanares y Cayetano- que tienen un gran interés. Yo toreaba dos corridas cuando el empresario -José Cutiño- comenzó esta feria, y además yo reaparecí allí hace una década después de mi grave lesión de rodilla. Por esas connotaciones y el cariño que le tengo a esa plaza acudo con mucho cariño. Por otro lado, yo compartí cartel con sus padres en muchas ocasiones. Con el maestro Paquirri tuve una gran amistad cuando él estaba en todo su esplendor y me influyó en muchas situaciones y en mi preparación. Para mi fue todo un honor y algo que se queda grabado en el corazón. Es un torero que me ha dejado huella por su forma de concebir el toreo, su profesionalidad y su esfuerzo en el día a día y en los entrenamientos".

Espartaco afirma que no ha vuelto a resentirse de aquella lesión de rodilla y que ahora "el único problema es la edad y los nervios. Porque ahora tengo más nervios que cuando hacía la temporada completa porque sólo toreo una o dos corridas y siento esos nervios por dentro, pensando en si seré capaz de poder al toro. Es un miedo no sólo físico, si no a posibles situaciones en las que no me vea capacitado para resolver. Pero no por ello voy a desechar un sueño". Ante ese sueño, que se convertirá en realidad en poco más de medio mes, se siente "feliz y entusiasmado. Creo que estoy muy preparado. Y tengo más ilusión que un principiante. Me preocupo de todo. Del capote, de la muleta, de lo que pesan, de la espada..., de todo". Dentro de los detalles que cuida, el torero espartinero, habla especialmente de los trajes de luces y adelanta que para el evento tiene reservados dos para estrenar (uno azul y otro grana).

Espartaco, que ha mantenido contacto con la empresa de Huelva para torear en las Colombinas, señala: "Estamos viéndolo. Huelva es una plaza muy importante para mi, puesto que allí tomé la alternativa hace 30 años y también se doctoraron mi padre y mi hermano. Sería bonito torear este año con ese motivo". El torero, ante estas corridas puntuales, se reitera en que "no busco absolutamente nada especial. Después de 30 años enfundándome el traje de torear lo que quiero es pegar 20 o 30 pases y poderle al toro. Sólo quiero cumplir el sueño de que estoy bien y vivo".

El diestro considera que estamos en una época "en la que me siento orgulloso como aficionado por el momento formidable que atravesamos en toreros. No sé quienes podrán cortar este año el bacalao porque la palabra la tiene el toro. En cualquier momento puede salir uno, el que menos pensamos, y se hace el dueño".

Además de respirar como torero, Espartaco también se ha volcado en su ganadería. Este año tiene previsto lidiar cinco novilladas, una de ellas en la Maestranza para el mes de septiembre.