Julián López El Juli y Ruiz Manuel salieron ayer a hombros de la plaza de toros de Almería tras haber cortado dos orejas cada uno, en un espectáculo en el que se hubieran podido pasear más trofeos de no haber sido por el mal uso de la espada. Otra oreja a punto estuvo de cortar Cayetano del manso y deslucido sexto.

El Juli volvió a demostrar una vez más su dimensión de figura en una faena de mando y sometimiento por ambos pitones al toro que hizo segundo, que humilló y tuvo recorrido en la muleta del madrileño. Del conjunto destacó el hondo toreo al natural. Otro trofeo hubiera paseado del quinto al que pinchó tras una faena de dominio que llegó a los tendidos.

Ruiz Manuel toreó con buen aire al flojo aunque manejable cuarto al que instrumentó series por ambos pitones que tuvieron sabor antes de que el animal se echara. Aunque manejó con desacierto la espada, fue premiado con dos orejas por el público local. Trofeos merecidos

El almeriense, previamente, había realizado una labor meritoria y torera al manso que abría plaza, al que lanceó con temple a la verónica. El diestro continuó con un toreo largo y con cadencia a un ejemplar que embistió a su aire y con el que se pegó un arrimón cuando el toro se fue a las tablas.

Cayetano tiró de raza ante el manso y deslucido sexto que se defendió y protestó durante un trasteo que inició con ajustados estatuarios. Después recurrió al toreo accesorio con adornos y molinetes que calaron en el tendido. Al tercero se impuso a base de tesón al manso y rajado tercero al que extrajo una notable serie por el pitón derecho. Su desacierto con los aceros le privó del premio. Puso ganas, aunque demasiado ligero.