fESTIVAL DE CANNES | grandes estrellas en el certamen

Cronenberg retrata la banalización de Hollywood en 'Maps to the stars'

  • Bennett Miller presenta 'Foxcatcher', una película intensa sobre el deporte y las relaciones humanas

El mundo de Hollywood, su banalización y su tendencia a ser un escaparate es el objetivo de la crítica de David Cronenberg en Maps to the stars, una película llena de estrellas como Julianne Moore, Robert Pattinson o John Cusack y que provocó división de opiniones en Cannes.

Presentada dentro de la competición oficial del festival, Maps to the stars pretende ser una crítica extrapolable a cualquier otro mundo y no centrada únicamente en el vacío del mundo de Hollywood, explicó en rueda de prensa Cronenberg, que señaló que la historia podría haberse situado en muchos otros sitios.

Pero él estaba "sirviendo al guión (de Bruce Wagner) y a la visión que da de Los Ángeles", precisó el realizador canadiense.

Maps to the stars cuenta el declive de una estrella del cine, Havana Segrand -con una ajustada y alocada interpretación de Moore-, y los diferentes personajes que se cruzan en su vida, como Agatha (Wasikowska), una joven que prendió fuego a su casa cuando era niña y que regresa en busca de su hermano, ahora una estrella infantil. Están también los padres de ambos -John Cusack y Olivia Williams-, un conductor de limusinas que quiere ser actor y escritor, al que interpreta Pattinson, o el fantasma de la madre de Havana.

Una extraña galería de personajes que incluye un cameo de Carrie Fisher y que ofrece un fresco incompleto de "gente desesperada por existir", lleno de crueldad, como reconoció el realizador, que sin embargo insistió en que también contiene mucho humor.

"Todas mis películas son divertidas y esta no es una excepción. Cuando me dicen que haga una comedia siempre digo que no hago otra cosa. Esta es La divina comedia", explicó el director ante las risas de los periodistas.

En opinión de Moore, todo en la vida es divertido y así es como lo refleja el filme. "La tragedia es divertida, la vida es divertida. Encontramos humor en todas las situaciones", señaló la actriz, que no considera que la película esté en contra del mundo del cine.

"Me encanta el negocio del cine. La razón por la que amamos el cine es la misma por la que amamos la literatura y el arte, porque nos cuentan historias", indicó la actriz, que considera que la realidad de un ser humano solo puede ser vista en su relación con otro. Y lo que muestra el filme de Cronenberg es la "externalización y las ganas de ser visto" de un personaje, algo que ocurre en cualquier otro sector.

"No es solo sobre Hollywood. Hay gente desesperada y ambiciosa en cualquier otro sitio o ambiente", insistió el director, que agregó que "verla solo como un ataque a Hollywood es ser corto de miras".

Es una historia que cuenta con un reparto lleno de nombres conocidos, algo que facilitó mucho el trabajo al veterano realizador. "Es mucho más fácil cuando tienes actores maravillosos que saben lo que hacen", aseguró Cronenberg sobre un reparto que también se deshizo en elogios para al canadiense.

"El guión era muy preciso. No cambiamos nada. Era casi como representar una obra de teatro", afirmó Cusack, mientras que para Moore el realizador canadiense es "uno de los grandes", con un "gran entusiasmo y dispuesto aceptar totalmente quién eres". "Fue realmente un placer trabajar con él", agregó.

Wasikowska aseguró que se sintió "inmediatamente impresionada" por su personaje y destacó que Cronenberg "confiaba totalmente en los miembros del equipo", lo que les hizo sentirse del todo libres.

Aunque el más rotundo fue Pattinson, que aseguró haber dicho que sí al proyecto "incluso antes de leer el guión" porque considera que "siempre es extraordinariamente emocionante" trabajar con el canadiense, que ya le dirigió en Cosmópolis, presentada hace dos años en Cannes.

Fueron casi todas las palabras que pronunció Pattinson en la rueda de prensa, en la que se mostró huidizo y más atento a las bromas de Moore que a las preguntas de los periodistas.

Por otra parte, una tremenda historia real le sirve a Bennett Miller para construir en Foxcatcher un filme intenso y sólido sobre el deporte y las relaciones humanas, que fue muy bien recibido ayer en Cannes y que cuenta con unas excelentes interpretaciones, especialmente la de Steve Carell.

El actor está absolutamente irreconocible y totalmente alejado de sus habituales papeles cómicos como el millonario John du Pont, un hombre acomplejado y complejo que decidió volcar toda su escasa pasión en la lucha, en dos hermanos estadounidenses medallistas olímpicos, interpretados por Channing Tatum y Mark Ruffalo.

Una película que "más que contar una historia, observa esa historia", explicó Miller al presentar un trabajo con el que compite por la Palma de Oro de Cannes.

Un estilo que ya utilizó en sus dos películas anteriores -Truman Capote y Moneyball- y con el que quiere buscar lo que hay debajo de la historia, sin tomar una posición moral.

No pretende ser una crítica contra el abuso de los poderosos o contra la sociedad actual. "Puede relacionarse con el mundo en el que vivimos", reconoció Miller, pero no se trata de un filme político, sino de una visión "de microscopio", que mira hacia el interior de un individuo.

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